Una sinagoga para ‘celebrities’ con acento aragonés
El original edificio en Nueva York del artista español Ángel Orensanz atrae a artistas como Lady Gaga, Sarah Jessica Parker y Whitney Houston
Del I am every woman de Whitney Houston, al “sí quiero” de Sarah Jessica Parker, enfundada en su histórico vestido negro de novia. La sinagoga neoyorquina del artista español Ángel Orensanz, natural de un pequeño pueblo de Huesca, ha sido escenario durante más de dos décadas de la vida cultural del Lower East Side de Manhattan, atrayendo a estrellas de estilos tan diversos como Lady Gaga, Beck y John Legend.
La lista de celebrities se torna interminable en los labios de Orensanz, que preside la fundación homónima que gestiona la sinagoga desde que la compró en 1986, cuando estaba abandonada y amenazada por la ruina. “Entonces, esta no era una zona de dinero”, recuerda el artista, que considera que su iniciativa, desarrollada junto con su hermano Al Orensanz, sociólogo y director de la fundación hasta su fallecimiento en 2016, contribuyó al resurgimiento de la zona, ahora llena de galerías de arte, vanguardistas tiendas y modernos restaurantes.
“Empezó a venir primero Lou Reed, y luego fue apareciendo más gente como Whitney Houston, que grabó aquí su videoclip I am every woman, Al Pacino, Robert de Niro…”. Poco a poco, explica Orensanz, se fue materializando la idea de combinar las exposiciones artísticas con eventos culturales en un espacio único: la sinagoga más antigua de Nueva York. Construida por una congregación de judíos alemanes, sus impulsores encargaron su diseño en la primera mitad del siglo XIX a un prestigioso arquitecto también germano, Alexander Saeltzer, que se inspiró en la Catedral de Colonia.
Su impresionante cámara gótica, originalmente restaurada, acoge diferentes tipos de eventos, como estrenos de películas, conciertos y, entre los más demandados, las celebraciones matrimoniales. Entre ellas, destaca la ceremonia civil en la que sellaron su compromiso, hace justo 20 años, una de las parejas de actores más consolidadas y más identificadas con Nueva York: Matthew Broderick y Sarah Jessica Parker, cuando esta última estaba a punto de estrenar la primera temporada de Sexo en Nueva York.
También Lady Gaga, otro referente neoyorquino, ha visitado en más de una ocasión la polifacética fundación, de la que, además, fue vecina en los tiempos en los que vivía en un apartamento de una habitación en el número 176 de Stanton Street. La sinagoga de Orensanz está a sólo tres minutos andando, en el 172 de Norfolk Street.
“Recuerdo que era excelente y que me dijo que me podía hacer todas las fotos que quisiera, porque la primera nos había salido mal”, rememora el artista oscense, que mezcla los nombres de los famosos que han visitado su peculiar sinagoga con sus reflexiones acerca del arte y la vida. Mia Farrow, Madonna, Lauren Bacall, Richard Gere, Steve Martin, son solo algunos de los citados en un rápido repaso.
Orgulloso de su trayectoria artística, que le ha llevado de la pequeña localidad de Larués (que en enero de 2017, sumaba 68 habitantes, según el Instituto Nacional de Estadística) a Nueva York (cuya población superaba los 8,5 millones de residentes en julio de 2017); presume también de su acento aragonés. Aunque se mudó de Huesca a Barcelona junto a su familia cuando tenía solo nueve años, y ha vivido desde que cumplió 30 años entre Nueva York y París, reconoce que intenta conservarlo: “Me gusta, me suena a nobleza aragonesa”. Eso sí, mezclada con celebridades made in USA en una peculiar sinagoga neoyorquina.
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