_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Dos presidentes, un siglo

Donald Trump ha dado un portazo a la amistad geopolítica transatlántica inaugurada por Woodrow Wilson hace cien años en París

Lluís Bassets
Donald Trump, presidente de Estados Unidos
Donald Trump, presidente de Estados UnidosASSOCIATED PRESS

Este es un extraño centenario. También hace un siglo, el 4 de diciembre, el presidente Woodrow Wilson embarcaba en Nueva York en el USS George Washington,un transatlántico de la marina estadounidense que había servido durante la guerra europea como transporte de tropas. Fue el primer viaje presidencial a Europa y el de estancia más prolongada, seis meses, donde se convirtió en el político más popular del mundo.

El último, el de Donald Trump este fin de semana, a bordo del Air Force One, durará apenas unas horas, las justas para asistir a los actos de conmemoración del centenario del final de aquella contienda que inauguró los horrores del siglo XX y echó los primeros cimientos de la futura relación transatlántica, el elegante eufemismo que denota la intervención y la hegemonía de Estados Unidos en la parte occidental del continente europeo.

Se diría que la distancia entre ambos es sideral. Un jurista y universitario el primero y un inculto especulador inmobiliario el segundo. Símbolo del idealismo el uno y del crudo poder del dinero el otro. Si uno estaba dispuesto a abrirse al mundo y a liderarlo, el otro prefiere aislarse y recuperar la grandeza que supone perdida para su país. Aquel imaginó el gobierno mundial, mientras este es como los aislacionistas que cerraron el paso al sueño wilsoniano.

De cerca, bajo la lupa del carácter, hay observadores que señalan semejanzas. La historiadora Margaret MacMillan indica “la propensión de Wilson, tal vez inconsciente, a hacer caso omiso a la verdad”. Si Trump exhibe sus malos modos ante los periodistas, Wilson “perdía los estribos con frecuencia”. “Odiar se le da muy bien”, señalaba su jefe de prensa. Otro historiador, Evan Thomas, señala su común “estilo intransigente”.

Wilson dedicó muchas energías a Europa, pero fracasó. La paz que surgió de los tratados de Versalles no fue duradera. El desequilibrio del nuevo orden engendró una nueva guerra, más terrible todavía. El presidente estadounidense vino a buscar consensos y sembró disensos. Su principio de las nacionalidades ofrece un balance desigual e incluso amargo un siglo después, cuando los nacionalismos resquebrajan de nuevo el orden europeo. A Trump poco le importa. Ni siquiera participará en el Fórum por la Paz organizado por Macron en París como culminación del centenario de la Gran Guerra. Pudo quedarse en casa, en vez de celebrar el centenario de aquella primera intervención militar en Europa y del principio de una estrecha amistad geopolítica. Su presidencia cierra el siglo transcurrido con un portazo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_