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Blogs / El Viajero
El blog de viajes
Por Paco Nadal

La increíble historia de Savieru, el misionero navarro que conquistó Japón hace casi 500 años

Yamaguchi, una desconocida capital de provincia al oeste del país asiático, sigue profesando a san Francisco Javier un cariño muy especial. Y lo ha convertido en uno de sus reclamos turísticos y culturales

La pagoda de Ruriko-ji que vio San Francisco Javier en el siglo XVI a su llegada a Yamaguchi.
La pagoda de Ruriko-ji que vio San Francisco Javier en el siglo XVI a su llegada a Yamaguchi.663highland
Paco Nadal

Yamaguchi es una capital de provincia al oeste de Japón, enclaustrada entre verdes montañas y sobre una bolsa de aguas termales. Los baños, muchos de ellos públicos y gratuitos, son uno de los motivos de orgullo de la población local. El otro es Savieru, como aquí pronuncian el nombre de Francisco Javier, santo navarro, precursor de la Compañía de Jesús y célebre misionero en la Indias. Tan célebre es Savieru en Yamaguchi que tiene iglesia propia, estatua y museo.

La pregunta es: ¿qué tiene que ver una ciudad japonesa de mayoría budista-sintoista con un santo católico y español?

Familia local de Yamaguchi, en la iglesia de San Francisco Javier.
Familia local de Yamaguchi, en la iglesia de San Francisco Javier.paco nadal

San Francisco Javier, el Apóstol de las Indias, llegó a Japón el 15 de agosto de 1549 después de haber fundado varias misiones en India y las islas Molucas. Entró por Kagoshima, pero sus primeros intentos de cristianizar a los nipones no tuvieron mucho éxito. Pensó entonces entrevistarse con el emperador, con la idea de que si lo convertía al catolicismo el pueblo le seguiría. Se puso en marcha hacia Kioto, entonces capital imperial, pero las guerras internas y la inseguridad de los caminos impidieron su empresa. Finalmente, encontró cobijo en Yamaguchi, donde el señor feudal del clan de los Ouchi, filántropo, mecenas y hombre librepensador (dentro del angosto significado de ese termino en aquellos lejanos tiempos) lo acogió y le permitió ejercer su ministerio.

De los dos años y medio que pasó en Japón, Francisco Javier estuvo solo seis meses en Yamaguchi, periodo en el que dicen hizo unas 500 conversiones. Cuando creyó que la misión iba por buen camino y ya no era imprescindible su presencia dejó allí a sus compañeros, los también jesuitas Cosme de Torres y Juan Fernández, y partió de nuevo hacia Goa y China, donde moriría en 1552.

Pintura japonesa interpretando la llegada de los jesuitas a Japón
Pintura japonesa interpretando la llegada de los jesuitas a Japón

Pero tan corta estancia dejó tal huella en Yamaguchi que 500 años después aún es considerado un héroe local y una referencia de su cultura. En 1950 se levantó una iglesia católica para conmemorar el 400 aniversario de la llegada de los jesuitas a Yamaguchi. La iglesia ardió por completo más tarde y en 1991, con fondos recaudados por suscripción popular en una provincia budista-sintoista en la que los católicos son solo el 0,7 % (según datos de la Agencia de Asuntos Culturales japonesa), se levantó un nuevo y enorme templo de mármol blanco que los locales enseñan al forastero con el mismo orgullo que la pagoda de Ruriko-ji, que lleva en pie desde 1442 y es otro de los atractivos turísticos de la ciudad.

Figura gigante del misionero navarro
Figura gigante del misionero navarroayuntamiento de yamaguchi

Las referencias al santo navarro son numerosas en la ciudad. El lugar donde se cree que estuvo el templo Daido-ji, que el señor feudal dejó a los misioneros como residencia, es ahora el parque de San Javier. Hay un museo con toda la iconografía de la aventura jesuita en Japón y piezas históricas. Y una estatua tamaño natural del santo junto a un pozo, porque el misionero navarro se dirigía dos veces al día a los japoneses junto a un brocal para predicar y evangelizar. No se conoce la localización exacta de ese pozo, por eso varias surgencias de agua de la ciudad tienen carteles que indican esta posibilidad. Cada año, el 3 de noviembre se celebra el día de España, y se hace un pasacalles en el que se sacan en honor de las fiestas de San Fermín una cabalgata con dos figuras de gigantes: una del misionero navarro y otra de Yoshitaka Ouchi, el señor feudal que le permitió residir en Yamaguchi.

Cursos sobre Navarra en una escuela primaria en Yamaguchi.
Cursos sobre Navarra en una escuela primaria en Yamaguchi.

La ciudad de Yamaguchi se hermanó con Pamplona en 1980 y la Prefectura homónima con la Comunidad Foral de Navarra, en 2003. Desde entonces costea el sueldo de tres trabajadores españoles bilingües que ejercen labores culturales y de relaciones internacionales, además de animadores locales. Igual van por los colegios fomentando la cultura española que organizan una fiesta en un centro comercial con simulacro de sanfermines incluido.

¡Toda una declaración de amor a España!

“Su pena”, cuentan María Rubio y Efraín Villamor, dos de esos cooperantes españoles, “es que no se sienten igual de correspondidos. Sobre todo desde que estalló la crisis en España y los recortes presupuestarios redujeron las comitivas navarras a Yamaguchi”. A la inversa, cada año los japoneses mandan una a Navarra. De hecho, esta semana está en la comunidad foral el gobernador de la Prefectura de Yamaguchi, el señor Tsugumasa Muraoka, con motivo de los actos de celebración del 15 aniversario de la carta de hermanamiento con Navarra.

Biblioteca Pública Yamaguchi, en Pamplona.
Biblioteca Pública Yamaguchi, en Pamplona.JOSÉ CARLOS CORDOVILLA

En Pamplona existe una plaza Yamaguchi, con un jardín japonés diseñado por paisajistas nipones. Y una de las bibliotecas públicas se llama Biblioteca Yamaguchi, con un notable catálogo de literatura japonesa además de ser sede de numerosas actividades dedicadas a la cultura nipona.

Turistas delante de la pagoda Ruriko-ji.
Turistas delante de la pagoda Ruriko-ji.paco nadal

Pero además de la herencia de san Francisco Javier, hay otras muchas cosas que ver en la prefectura de Yamaguchi: la mencionada pagoda Ruriko-ji, el puente y el castillo de Iwakuni, el barrio de los samuráis de Hagi, el templo zen de Kôzanji o el jardín japonés de Chôfu, en Simonisheki, donde te puedes vestir de auténtico samurái.

Vamos, que si ya has hecho el típico viaje por Kioto y Tokio, aquí tienes otro Japón desconocido. Que además es casi navarrico.

Más información turística en español sobre Yamaguchi, en su página web

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