Un pabellón de una cárcel bonaerense llena de reclusos violentos. Un abogado de clase acomodada aficionado al rugby. Una visita casual. Hace nueve años, el equipo que surgió en ese penal se ha convertido en un modelo de convivencia y de reinserción. Hoy ese deporte articula la vida de 1.400 presos en 43 prisiones argentinas.