Actores de Hollywood, actores anuncio
Las estrellas se pasean por los festivales no solo con sus película, también como pantallas publicitarias. Penélope Cruz es embajadora de Chanel; Julia Roberts, de Lancôme; Jake Gyllenhaal, de Cartier y Hugh Jackman, de Montblanc
Hace no tanto las estrellas de Hollywood eran muy cautas antes de asociar su nombre al de una empresa y cuando hacían publicidad para alguna de ellas... "mejor fuera de casa", una frase que inmortalizó la película Lost in Translation, interpretada por Billy Murray y Scarlett Johansson.
Pero las tornas han cambiado mucho desde el estreno del filme de Sofía Coppola, y ahora los actores y actrices no se avergüenzan por convertirse día sí noche también en hombres y mujeres anuncio. Las redes sociales, las alfombras rojas de los festivales, las sesiones de fotos, las entrevistas…, cualquier momento y lugar puede ser adecuado para promocionar una marca directa o sutilmente. Sin sonrojo, con orgullo de embajador, palabra inventada a la medida para designar este nuevo oficio de quienes se convierten en prescriptores por su cara bonita o por su fama ganada a base de trabajo bien hecho.
El último escaparate publicitario ha sido el Festival de Toronto, Canadá, que se celebra del 6 al 16 de este mes. Los actores están aquí para vender sus últimos estrenos, pero también es el mejor momento para lucir su relojes, estilismos, hablar de una marca de coches o mencionar una firma de belleza. Los negocios son los negocios…
Hugh Jackman ha estado en Toronto para promocionar su último estreno, The front runner, pero cuando llega a su cita con la prensa lo que echa en falta es su reloj. Y no es que esté obsesionado por la hora, es que desde hace cinco años es el embajador de los relojes Montblanc. “Según mi tía la francesa, finalmente hago algo que merece la pena”, bromea con EL PAÍS haciendo uso de ese humor caballeresco que caracteriza al australiano.
Pero Jackman hace más que alegrar a su familiar lejano, porque como muchas de las estrellas que han pasado por esta cita cinematográfica con la esperanza de ir ganando puntos de camino a los Oscar, también ha lucido patrocinio. Penélope Cruz llegó a la ciudad canadiense como la embajadora de la casa Chanel; Julia Roberts, como el rostro de Lancôme; Jake Gyllenhaal, luciendo en la muñeca su Cartier, o Matthew McConaughey, dando vidilla a cualquiera de las marcas que apoya, desde el bourbon Wild Turkey a los coches Lincoln, por citar solo algunos.
“Soy mayor de 21 años como demuestra mi carnet y me gusta el bourbon. Me pasa lo mismo con los coches de gama alta de Lincoln. Son productos que me gustan y a los que me gusta acompañar”, se justifica McConaughey al ser preguntado por sus patrocinios.
No hay nada malo en ello. O sí. En el Reino Unido se ha puesto en marcha una investigación sobre posibles irregularidades en los patrocinios que hacen las estrellas, especialmente en redes sociales. Ciertas firmas llegan a pagar entre 10.000 y 100.000 dólares (de 8.700 a 87.000 euros) por una mención realizada por una celebritie que tenga gran presencia en la red. Según la firma de análisis de mercado HopperHQ las cifras se disparan si se trata de figuras como Selena Gomez, Cristiano Ronaldo o Kim Kardashian, quienes pueden llegar al millón de dólares por hacer una mención de un producto en Instagram.
“Las gafas que llevo son Sea2see hechas de plástico sacado del océano. Y lo digo gratis”, comentó Javier Bardem a este diario a su paso por Toronto mostrando su ilusión por lucir y promocionar este descubrimiento tan afín a sus ideas sobre por dónde debe ir la ecología. Y sabe de lo que habla porque también protagoniza la campaña publicitaria de Ermenegildo Zegna junto a Dev Patel, y eso forma parte de los trabajos por los que sí le pagan.
Pero no todo es dinero en la cuenta de haber de los apoyos publicitarios que realizan los famosos. Como dice Julia Roberts, ella hace lo que sea con tal de ir a París. Quizá exagera, pero está encantada con las visitas a la capital francesa a las que está “obligada” dado su trabajo con Lancôme. “Es lo mejor de mi asociación”, se sincera la intérprete. Algo similar transmite Penélope Cruz, también imagen de la misma marca desde hace ocho años, cuando habla de las ganas que tenía de trabajar con Karl Lagerfeld como la motivación de su trabajo con Chanel. “Mi asociación con la firma fue una gran oportunidad para conocerle ya que él tomó las fotos”, explica ilusionada sobre la último firma a la que se ha incorporado como imagen.
Jake Gyllenhaal afirma que se lo pensó mucho antes de seguir el mismo camino. “Soy muy meticuloso con lo que hago y creo que eso fue fundamental en mi asociación con Cartier. Una increíble compañía de la que hasta el momento solo puedo hablar bien”, explicó a este periódico mientras lucía su flamante reloj. En cualquiera caso, la cautela de antaño se ha ido sustituyendo por un creciente número de estrellas interesadas en seguir el fenómeno George Clooney, quien se ha convertido este año en la estrella mejor pagada y no gracias a su trabajo cinematográfico sino como consecuencia de su asociación con el tequila Casamigos, un negocio que le deparó 199 millones de euros cuando él y sus socios lo vendieron a la empresa británica Diageo por mil millones de dólares. Un acuerdo que incluía un pago directo de 700 millones y la opción de ingresar otros 300 en los próximos diez años en función de las ventas de la marca.
Kobe Bryant obtuvo similares resultados millonarios de su asociación con la bebida deportiva BodyArmor. Invirtió poco más de 5 millones de euros y consiguió más de 170 millones de euros. Otros famosos como Tyra Banks, Ashton Kutcher o Jared Leto también han pasado de ser influencers a poner su dinero en las corporaciones por las que dan la cara.
McConaughey se lo está pensando. “Tengo muchas ideas. Como embajador de marca estoy encantado de acompañar a estas firmas a pasar página, ayudarlas a cambiar. Soy algo más que su rostro. Llevo con alguna de ellas más de tres años y estoy involucrado desde el lado creativo y el del marketing, desde escribir los anuncios hasta el diseño de su imagen de marca para reintroducirlos en una nueva generación. Y realmente me lo tomo como una oportunidad de hacer negocio”, se sinceró el intérprete, que mostró estar tan ilusionado con esta faceta de su carrera que su próximo estreno, White Boy Rick, sonó como la excusa que le llevó a Toronto.
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