Móviles en la escuela
El Gobierno francés ha decidido prohibir los móviles en las escuelas, el español se lo piensa y el de Cataluña se opone. El uso y abuso de los smartphones ha llegado así a convertirse en cuestión de Estado. No es para menos, la mayoría de los adolescentes pasan varias horas diarias pegados a sus pantallas, lo que repercute en una baja dedicación al estudio y la lectura, y propicia una mayor distracción de la atención y una menor interacción personal. Es indudable, por otra parte, que las nuevas tecnologías pueden también contribuir a la información, el conocimiento y el debate si se utilizan bien. No se trata pues de demonizarlas y reprimirlas sino de canalizarlas y de formar a las nuevas generaciones en su adecuada utilización. Una fórmula intermedia tal vez sería disponer en los centros de taquillas o casilleros donde depositar los móviles excepto en aquellas actividades en los que su uso sea requerido o permitido por el profesor.
Pedro Feal Veira. A Coruña
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