Vuelta al cole
El líder de Podemos en Cataluña deja a propios y extraños con sus trifulcas en las mismísimas vísperas de la Diada de la Marmota


Feo está que lo diga, pero empiezo el curso en un espléndido momento de forma. He tenido vacaciones. He comido, he bebido, he holgado. He trasnochado y dormido hasta las tantas. He vivido, vaya, y, salvo ciertos claros en ciertas zonas devastadas, aún conservo ese moreno de playa, playa que te hace la ilusión de ponerte lo que te falta y quitarte lo que te sobra ante el espejo por las mañanas. Lo malo, o lo bueno, de tanta holganza es que he desconectado de tal modo de la vida real, o la ficticia, nunca lo tengo claro, que no solo he olvidado la contraseña del portátil. También el nombre de los nuevos ministros y el de sus respectivos ramos, menos el de Transición Ecológica: desde aquí postulo al Nobel al autor de semejante haiku. Todo ello sin hablar del último minuto de la última hora del penúltimo grito en Cataluña: ¿Qué Torra? ¿Qué Llarena? ¿Qué recurso? Total que, recién regresada a galeras, no entiendo ni los titulares de mi periódico.
Se me afeará la conducta, se me reprenderá con que el periodismo es un sacerdocio y no estoy a la altura. Lo cierto es que la noche antes de la vuelta al cole, la que firma se subía por las paredes de la ansiedad, la versión adulta del me duele la tripa de los parvulitos, y no lloraba porque le daba vergüenza. Por eso comprendo tanto a Xavier Domenech, el líder de Podemos en Cataluña, que ha anunciado que deja la política diciéndoles a propios y extraños ahí os quedáis con vuestras trifulcas en las mismísimas vísperas de la Diada de la Marmota. Ideológicamente no comento, pero humanamente, Domenech me representa. Por cierto. que tanto él, como Torra y Llarena, lucen aún morenos de playa, playa. Espejismos. En tres duchas se nos va el lustre por el desagüe y estamos todos negros, dicho sea con todo el respeto a los afroamericanos, afroeuropeos, afroasiáticos, afrooceánicos y afroafricanos del globo. Y no del sol, precisamente.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Archivado En
Últimas noticias
El archivo 468: la foto de Trump que el Departamento de Justicia publicó y luego borró de los papeles de Epstein
Raphinha, Lamine Yamal y Joan García resuelven al Barcelona
Un empleado del Palacio del Elíseo, detenido por robar 40.000 euros en vajilla
El Barça es infalible en Villarreal: victoria azulgrana y campeón de invierno en Liga
Lo más visto
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”
- Uno de los promotores de la señal V-16 de tráfico: “Es duro oír el testimonio de víctimas que han sufrido amputaciones al poner los triángulos”
- Fernando Blasco, matemático: “Ganar el Gordo es más difícil que encontrar un regalo escondido en un asiento del Bernabéu”




























































