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Chiara Ferragni y el rapero Fedez ya son marido y mujer

La boda, celebrada en una imponente villa mediterránea de finales del siglo XIX, se convirtió en un evento retransmitido al minuto en las redes sociales

Chiara Ferragni y Fedez, antes de la boda este viernes en Noto (Italia).
Chiara Ferragni y Fedez, antes de la boda este viernes en Noto (Italia).GC Images

La it girl italiana Chiara Ferragni y el rapero Fedez protagonizaron este sábado la boda del año en Italia, que se convirtió en un evento retransmitido al minuto en las redes sociales. La pedida de mano multitudinaria —al final de un concierto de él en el Arena de Verona— ya prometía. El efecto viral de cualquier producto que lleve el sello de la pareja, una de las más influyentes del mundo de la moda, estaba asegurado. Entre los dos han creado un imperio digital que en conjunto suma más de 20 millones de seguidores, que devoraron cada imagen del evento.

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Si habitualmente el atuendo de los novios es el secreto mejor guardado de una boda, en este caso ellos mismos se encargaron de dar los detalles una semana antes del enlace en sus inseparables redes sociales. Ella lució un vistoso vestido blanco, —diseñado en exclusiva por la directora artística de Dior, Maria Grazia Chiuri— de estilo Grace Kelly, con falda a varias capas de tul y el cuerpo de encaje de cuello alto y manga larga, acompañado con un velo que le cubría el rostro y que se unía a una cola de seis metros, también de tul. Él vistió un traje azul marino, con una camisa blanca, sin pajarita ni corbata, firmado por Versace.

Al inicio de la ceremonia civil, oficiada por un amigo de la pareja, los dos leyeron sus votos personalizados, entre lágrimas, como se aprecia en los vídeos subidos por los asistentes. La pareja, que prácticamente vive en Instagram se lo había pedido así a los invitados. Querían una boda social media y lanzaron un hashtag para ello: #TheFerragnez. Ambos recordaron la primera vez que se vieron, el primer beso y otras anécdotas de su relación. Más tarde llegó el abrazo después del sí quiero mientras sonaban los acordes de Sweet Dispositi de The Temper Trap y los aplausos de los presentes. “Aunque tarde, —aunque el novio estaba listo, la fiesta empezó algo más tarde de lo previsto— siempre estaré aquí”, le dijo él.

El lugar elegido para el enlace y el banquete fue la Dimora delle balze, una imponente villa mediterránea de finales del siglo XIX, rodeada con muros de piedra y con unas vistas espectaculares a la campiña siciliana, plagada de higueras, limoneros y almendros. La pareja llenó la finca de flores y de arcos de rosas rosas y blancas y la decoraron con estética de Coachella, el festival hippie fetiche de la novia. No faltó una imponente noria, símbolo del evento californiano.

Desde el viernes la localidad siciliana de Noto, de poco menos de 24.000 habitantes, se ha convertido en una ciudad blindada. Las calles están cortadas por la policía, por seguridad; es prácticamente imposible acceder al centro urbano, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y por todas partes hay legiones de admiradores de la pareja deseando cazar una instantánea de los Ferragnez. La bloguera se decantó por esta pequeña ciudad con encanto, capital del barroco siciliano y situada al sur de la isla, porque su familia materna procede de allí.

Los faustos y los festejos comenzaron el viernes. La pareja fletó un avión personalizado para trasladar a los invitados desde Milán a Sicilia. En él viajó también el rapero porque ella había viajado a la isla unos días antes para ultimar detalles. En el vuelo, narrado en directo en las redes sociales no faltaba un detalle. La inscripción “The Ferragnez”, como se hacen llamar —y nombre que aparecía en la invitación en 3D al enlace—, estaba por todas partes: en los billetes, en la pantalla del aeropuerto con la información del vuelo, en una alfombra rosa a la entrada del avión, en los reposacabezas de los asientos, en un kit de bienvenida que contenía una chapa decorativa, una botella de agua, unos aperitivos y caramelos, también serigrafiados con el nombre de pareja. En su afán por dejar boquiabiertos a los invitados y generar material para sus redes, la pareja incluso encargó dos muñecos gigantes, réplicas suyas, a gran escala y en espuma, similares a las míticas mascotas de los equipos americanos de baloncesto. La de ella tiene perfil de Instragram propio (@cfmascotte), con 20.000 seguidores y subiendo.

A la cena preboda ella acudió con un vestido-joya en tonos rosa y dorado, con el escote en V y un ribete dorado lleno de pedrería, hecho a medida por Prada. Él acudió con un look clásico: una camisa blanca, con el inherente logotipo “The Ferragnez” y un pantalón negro de vestir.

Inundaron las redes con imágenes y vídeos de la velada con discursos, brindis, karaokes y bailes masculinos sin camiseta a las tantas de la madrugada, como podría hacer cualquier persona. Eso sí, con una media de dos millones de visualizaciones por publicación, esto ya no al alcance de cualquier usuario medio de redes sociales. El escenario, el emblemático y recién restaurado Palazzo Nicolaci, una exuberante joya arquitectónica en el centro de la ciudad, tampoco es apto para todas las cuentas corrientes, (en torno a 5.000 euros solo de alquiler diario).

La pareja había pedido a sus 400 invitados, a través de un vídeo colgado, cómo no, en sus respectivos Instagram , que no les regalaran nada. A cambio, pusieron en marcha una campaña benéfica para recaudar fondos que no salió del todo como ellos esperaban. El mismo día del enlace habían conseguido juntar poco más de 23.000 euros, aportados por 69 personas, frente a los 50.000 que se habían propuesto. El objetivo era ayudar con ese dinero a uno o varios admiradores de la pareja que lo necesitaran. Para ello habían habilitado también una dirección de correo electrónico para que la gente enviara sus peticiones.

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