Así es el rapero Fedez, con quien Chiara Ferragni se casa

Más información

La ‘influencer’ italiana Chiara Ferragni ha sido madre

La ‘it girl’ que convirtió su blog en un negocio millonario

Chiara Ferragni toma las riendas de su imperio

El desembarco ibicenco de la ‘influencer’ Chiara Ferragni para despedir su soltería

La it girl italiana Chiara Ferragni, la influencer de moda más importante de 2017, según la revista Forbes y el rapero Fedez se darán el "sí quiero" este sábado en Sicilia, en la que será la boda del año en Italia. El número de reflectores que apuntan hacia ellos es proporcional a la cantidad de publicaciones que difunden en Instagram. Si se tiene en cuenta que narran su vida casi al minuto, ya es exorbitante. Aunque él es menos conocido que ella a nivel internacional, en Italia su música y sus tatuajes nunca han pasado desapercibidos.

Su nombre empezó a sonar en 2006, cuando sacó su primer disco, con un estilo singular que él define como rap-pop. En sus canciones habla de amor y desamor, de política y de temas sociales. Cuenta con varias nominaciones y dos prestigiosos premios MTV y un gran número de discos de platino. Desde 2014 hasta el año pasado participó como juez en el programa Factor X y ahí terminó por consolidarse como un rostro muy mediático. En esa trayectoria vio cómo su popularidad y su caché fueron aumentando de forma exponencial.

Como Chiara, la bloguera de los 12 millones de seguidores que convirtió su blog en un negocio millonario, es muy activo en las redes sociales y va narrando su historia de amor al minuto. Es de esperar que su boda pase también por los filtros de Instagram, donde él tiene 6 millones de seguidores. De momento ya han lanzado el hashtag #TheFerragnez. Así se les conoce en Italia y es el nombre que aparece en las invitaciones al enlace.

El canal de YouTube de Fedez, que está a punto de cumplir 29 años —dos menos que ella— es también muy popular. La mayoría de los vídeos supera enseguida el millón de visualizaciones. Allí habla de sus historias cotidianas y también le dedica espacio a su vida sentimental. Uno de los vídeos de hace tiempo está dedicado a su anterior pareja, Giulia Valentina, una instagramer ahora bastante popular en Italia. En la grabación cuentan que se conocieron en una discoteca. "Es el chico del que más me fío de todos con los que he estado", dice ella. Él la llamaba cariñosamente "raviolo", un apodo que pasó a Ferragni —"¿Fedez llama raviolo a todas sus novias?", se preguntaban algunos medios— y que más tarde heredó el primer hijo de la pareja, Leone, al que ambos llaman "baby raviolo", nacido el pasado mes de marzo.

Ferragni y Fedez se conocieron a través de la música y con una melodía sellaron también su compromiso. En 2016 coincidieron en un evento. A él le llamó la atención Matilda, la perrita de Chiara y su particular estilismo y a ella le embelesó su sentido del humor. Poco después él escribió una canción en la que decía: "El perro de Chiara Ferragni tiene un bolso deVuitton y un collar con más brillo que una chaqueta de Elton John". A ella le hizo gracia y subió un vídeo a Snapchat tarareando la letra. Él le respondió con un comentario: "Chiara, limoniamo?" (Chiara, ¿nos enrollamos?). A partir de ahí comenzaron a escribirse cada vez más a menudo hasta que empezaron a salir. Ambos ya eran muy conocidos en sus respectivos ámbitos, pero desde que son pareja su fama ha crecido aún más si cabe y se han convertido en uno de los dúos mas influyentes del mundo de la moda. Se presentan como un pack indisoluble.

El momento del compromiso dio la vuelta al mundo. Él escribió una canción con su historia, Favorisca i sentimenti, algo como "sírvase de sentimientos", y con ella le pidió matrimonio al final de un multitudinario concierto. "Tomo lo que tomas tú, cuatro copas de Chardonnay", dice en la letra. "Tú mi imán yo tu calamidad", añade. "No hacen falta anillos que nos mantengan unidos", menciona también, "porque de anillos están hechas las cadenas", aunque instantes después de pronunciar esta frase le regaló a su futura prometida una sortija valorada en 250.000 dólares, con la rodilla en el suelo, en el Arena de Verona, al final de un concierto multitudinario.