¿Qué tiene que ver el deportivo más sexi de todos los tiempos con una botella de Coca-Cola?
En 1963, los creadores del Corvette Stingray se inspiraron en este refresco. Hoy vuelven sus líneas sinuosas gracias a una empresa que fabrica réplicas incluso mejores que los originales
Hasta ahora, el Corvette Stingray mejor conservado era un ejemplar de 1967. Su propietario lo compró entonces por 5.000 dólares (una pasta en esa época) y se quedó sin presupuesto para pagar el seguro. Así que lo escondió en su garaje. Solo lo sacaba por la noche para conducirlo por el vecindario y cuando murió, en 2011, lo dejó con poco más de 2.000 kilómetros. Es imposible encontrar un clásico en mejor estado de conservación… a menos que se fabrique de nuevo. Ares Design, una firma italiana fundada por un ex CEO de Lotus, produce réplicas puestas al día y con un nivel de detalle obsesivo: el Corvette Stingray de arriba lleva el chasis y el motor V8 del modelo actual, con la apolínea carrocería del original. Pídalo hoy y lo entregan en 12 semanas. Si tiene 390.000 euros en la cuenta, claro.
