Se busca canadiense

El aniversario del atentado del 17-A en Barcelona ha dejado asignaturas pendientes. Una, principal, es el derecho a saber. A saber todos los detalles del porqué y el cómo. Para que no se repita.

La investigación judicial y las indagaciones periodísticas, sin ser concluyentes, han verificado la larga preparación de la masacre y la rapidez de sus autores en cambiar de objetivos. Sus aparentemente tenues conexiones internacionales. La mezcla de bisoñez y experiencia de los ejecutores y su inspirador, el famoso imán de Ripoll. La mixtura de integración cotidiana y marginalidad ideológica de los jóvenes asesinos. Falta profundizar en todo ello.

Además, los ásperos (pero selectivos) reproches entre administraciones ponen interrogantes sobre el corporativismo de los Mossos en la investigación de la casa/polvorín de Alcanar; sobre los límites de los accesos internacionales a este cuerpo; sobre el alcance de los informes de la CIA a unos y otros; sobre el conocimiento verdadero de las andanzas del imán, más allá del escasamente heroico tráfico de estupefacientes.

Es probable que ni jueces ni periodistas puedan llegar hasta el final. Y seguro que tampoco lo harán los Parlamentos. El Congreso rechazó crear una comisión de investigación, propuesta por Ciudadanos. El Parlament de Catalunya aprobó una en abril, pero su suerte resulta azarosa.

No solo porque se opusieran C's y PP, sino porque la mayoría indepe mantiene congelada a la Cámara. Pues de momento apenas se pone de acuerdo sobre nada, apenas algún simbolismo para-resistencialista. Algunos ni siquiera pactan consigo mismos: Quim Torra cuadra respetos al Rey en la mañana del aniversario, y le presenta a la esposa-talismán del ex-conseller Joaquim Forn; y por la tarde arenga a las masas a “atacar al Estado español”.

Así que si la ciudadanía quiere saber. Y si además no quiere sumar otro año de ninguneo a las víctimas, salvo en los aniversarios, quizá convendría crear una Comisión de Sabios. Liderada, para evitar forcejeos partidistas, por un canadiense. Es un DNI de moda, con prestigio de casco azul: canadiense es el gobernador del Banco de Inglaterra. Canadiense el nuevo director general de Air France-KLM. Cualquiera que no conozcamos.