Nostálgica
¿Te acuerdas del desembarco de personas que flotaban sobre el mar como espontáneas plagas de carabelas portuguesas?
El robot reciclador Wall-e habla con la cucaracha. Este texto es una transcripción de sus pitidos: “¿Te acuerdas de cuando todos éramos negros?, ¿de cuando empezamos a comer carne y las proteínas nos hicieron inteligentes?, ¿de cuando las mujeres no tenían alma?, ¿de las granjas de pollos?, ¿del hombre como un lobo para el hombre y, para la mujer, pterodáctilo?, ¿de los andarines que reflejaban en los ojos su miedo al aneurisma?, ¿del desembarco de personas que flotaban sobre el mar como espontáneas plagas de carabelas portuguesas?, ¿de qué huían: sed, hambre, frío en la época del silencioso aire acondicionado y las dietas de adelgazamiento?, ¿te acuerdas de cuando comenzamos a preguntar por qué y la respuesta siempre era ambigua?, ¿de cuando perdimos la habilidad de cálculo, la caligrafía y el sentido de la geografía y la historia?, ¿de cuando el bienestar era igual que la belleza: silicona, depilaciones, cremas reductoras? ¿de aquellos niños de manos delicadas que recogían jazmines para fabricar elixires de lujo y alta perfumería?, ¿de cuando no había ni arriba ni abajo ni izquierda ni derecha ni fuera ni dentro y hubo que rehacer los programas infantiles de televisión?, ¿de cuando la gente se quería mucho más de lejos que de cerca y se levantaban muros?, ¿de los mendigos con móvil?, ¿de cuando las medicinas se pagaban porque la gente siempre abusa de lo gratis -es su naturaleza- y, sin embargo, no se ponía freno a la avaricia de las industrias farmacéuticas?, ¿te acuerdas de cuando empezaron a sangrar los dibujos animados y la capacidad de concentración se limitó a cinco minutos?, ¿de ese niño de Mary Poppins que no quería dar su penique al banquero y más tarde mutó en la subespecie del capitalista filántropo?, ¿de cuando éramos buenos y salvábamos el mundo abonando cuotas de onegés que pagaban a comisión a su captadores?, ¿de cuando la caridad engrasaba la desigualdad y, si ganaban los ricos, ganábamos todos y el pobre era vago o carecía de imaginación?, ¿de cuando el feo era feo porque no se había depilado las cejas?, ¿de cuando para amar había que comprar un montón de cosas? ¿del sexo violento y la justicia con gafas?, ¿de cuando lo fundamental eran las sentimentales verdades mías y solo mías, porque las de todos eran animales quiméricos?, ¿de cuando las noticias tenían trama y se seguían como espectáculos circenses?, ¿de cuando nos dejó de dar vergüenza la ignorancia?, ¿qué pasó después, cucaracha?, ¿tú te acuerdas?”. La cucaracha responde “Wall, eres un reaccionario” y el robot reciclador se autodestruye emitiendo un último Piiiiiiiiiiiiiiii. La cucaracha lo echa muchísimo de menos.
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