¿Qué queremos del taxi?

Saber lo que nos va a costar la carrera, no pagar por las maletas, no dejar a la suerte el que nos toque un taxi que esté limpio, no tener que rogar que nos pongan el aire acondicionado, no soportar la emisora que quiere el conductor.

Me solidarizo con los conductores de los taxis asalariados que sufren condiciones de trabajo leoninas, con jornadas interminables y patrones con varias licencias. Y con aquellos que no pueden acceder a una licencia por el alto coste de la reventa.— José Luis Morais Vallejo. Vigo (Pontevedra).

Podría comprender la huelga que han hecho los taxistas siempre y cuando hubieran dejado apartados sus coches en las paradas o en garajes que tengan a su disposición, dejando, por tanto, a sus presuntos clientes sin servicio. Pero nunca entenderé el secuestro al que se han visto sometidos todos los ciudadanos por la invasión de las principales vías urbanas ocupadas por este sector.— Fidel Angulo Santalla.