Un concejal portugués se forra con la especulación
El edil ganará cuatro millones de euros por un edificio que compró por 347.000
El comportamiento humano no distingue banderas, razas ni fronteras, es universalmente igual. Si hace unos meses en España fue noticia el líder de Podemos, Pablo Iglesias, porque criticó la compra inmobiliaria de un ministro y posteriormente él se compraba un chalé en la sierra, ahora en Lisboa se repite la historia. El concejal del Bloco de Esquerda —versión portuguesa de Podemos— en Lisboa, Ricardo Robles, compró un edificio en Alfama por 347.000 euros en 2014 y ahora lo vende por 5,7 millones. Explica que lo hace “por razones familiares”.
Decía Robles hace un año al diario Observador, cuando era candidato a la alcaldía de Lisboa: “El ayuntamiento ha llevado a cabo un programa de venta de patrimonio absolutamente equivocado y catastrófico. En los últimos años ha vendido 100 edificios en Lisboa sin ninguna condición. Algunos han acabado siendo hoteles, para alojamiento local o puramente para la especulación”.
Para entonces, el concejal y su hermana ya habían comprado en el barrio de Alfama un edificio de la Seguridad Social. Pagaron 347.000 euros con créditos y lo rehabilitaron.
De los cinco inquilinos del edificio, uno aceptó seguir, otros tres arrendatarios de tiendas salieron a cambio de unos 2.000 euros, un cuarto —que regentaba un restaurante y empleaba a cinco personas— rechazó una oferta de 5.000 euros y ahora anda en pleitos con el concejal y su familia, pues exige 120.000 euros, según informa el Jornal Económico.
El edificio ha salido a la venta en una inmobiliaria de lujo por 5,7 millones de euros; es decir, que el concejal del Bloco y su hermana se van a embolsar cuatro millones de euros en plusvalías hechas en menos de cuatro años. El concejal no cree que su comportamiento caiga en contradicción con su ideología y recuerda, además, que ha cumplido con los trámites administrativos y fiscales.
Robles decía en marzo a un diario local: “Los precios continúan aumentando brutalmente en Lisboa y se está creando una crisis social. Se está transformando en una ciudad para ricos y no para lisboetas”.
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