Vegetación y arquitectura, una convivencia necesaria
La vegetación no es solo una decoración, es un componente arquitectónico, vivo y por lo tanto mutante, capaz de mejorar la temperatura, la acústica y la calidad del aire de un edificio
"Una pérgola ligera permite que la vegetación se emparre y proporcione sombra durante los meses más calurosos del año. Las glicinias tamizan el paso de la luz y el aire y así garantizan cierta intimidad. En los meses de invierno, la protección vegetal desaparece porque es de hoja caduca y el sol baña toda la terraza". Es la descripción del patio de un hotel en el corazón del ensanche barcelonés.
El Hotel Alexandra ha multiplicado sus instalaciones con una piscina y un patio. Los arquitectos, los barceloneses María Borrell (1978) y Jorge Jover (1979), se curtieron trabajando en Finlandia, Reino Unido y Estados Unidos en estudios de arquitectura tan distantes como Richard Rogers, Michael Hopkins o Skidmore, Owings and Merril. Como resultado, firman igual rehabilitación que interiorismo, arquitectura prefabricada y modular o vivienda unifamiliar. Para este hotel, han ideado un paisajismo eligiendo minuciosamente la vegetación, valorando la ubicación de las plantas, los colores de la flor y la capacidad del aroma de sus olores para generar un nuevo ambiente.
Para potenciar la idea de ciudad y recuperar el concepto original de los patios de manzana como zonas ajardinadas y libres de edificaciones, Borrell y Jover se plantearon hacer crecer la vegetación por capas, una especie de cubierta ajardinada proyectada sobre el techo no uniforme de un local comercial situado en planta baja. Es la vegetación la que genera un nuevo paisaje que, a su vez, transforma la imagen del patio, se acerca la naturaleza, se suma al verde de los jardines vecinos, mejora la calidad del aire, rebaja la temperatura y reduce la contaminación acústica
La vegetación autóctona, que necesita poco mantenimiento, es un elemento arquitectónico y medioambiental. También una puerta a un nuevo mundo: el hotel cuenta además con un huerto en parte de la cubierta.
Con la vegetación, la transformación estacional se potencia en la arquitectura. Borrell y Jover puntualizan que, al igual que sucediera con las cubiertas, "en los últimos años se ha consolidado la idea que los patios interiores de manzana son espacios fundamentales para la ciudad y que tienen que recuperarse". La intervención en la cubierta del Hotel Alexandra y otras "micro intervenciones" realizadas en el mismo patio de manzana, recuperan medianeras retirando las instalaciones de un lugar privilegiado y plantando vegetación donde antes había asfalto y cables.
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Babelia
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