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CLAVES
Columna
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El candidato de oro

El PP se dispone estos días a resolver la incógnita sobre qué líder quiere su aparato

Sandra León
Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado durante la cena del Grupo Popular en Madrid.
Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado durante la cena del Grupo Popular en Madrid. DAVID MUDARRA

Hay líderes que sirven para ganar un congreso de compromisarios. Otros para conquistar a la militancia y quizás también a la mayoría de votantes del partido. Y el candidato de oro es aquel que consigue todo lo anterior y además puede vencer en unas elecciones.

Los candidatos de oro son poco comunes. El PSOE y Podemos eligieron a líderes que no eran favoritos en, al menos, uno de estos grupos: aparato, militancia, votantes propios o votantes ajenos. El PP se dispone estos días a resolver la incógnita sobre qué líder quiere su aparato sabiendo que las preferencias de los otros tres grupos van en la misma dirección: según las encuestas, tanto los votantes populares como del resto de partidos prefieren a Santamaría. Lo mismo que la militancia del PP, aunque sea por estrecho margen.

Pero esas ventajas no garantizan la victoria. Al contrario, la competición a pocos días del congreso parece sostenerse sobre una alianza “contra Santamaría”. El problema de la exvicepresidenta es que no puede combatirla explotando su triunfo en las primarias. Una estrategia a lo Pedro Sánchez tendría poco recorrido: alimentar una corriente antiestablishment entre los compromisarios, arrogándose la representación del interés de la militancia, requeriría seguramente de más punch ideológico y de una victoria más contundente en las primarias.

Casado persigue una estrategia más arriesgada porque no pretende seguir las preferencias de los votantes, sino moldearlas, dotando al partido de un perfil ideológico más definido. No está claro si el giro conservador que promete pasa por incorporar dos temas que hasta ahora han quedado fuera del sello ideológico de la derecha en España: la antiinmigración y el antieuropeísmo. En todo caso, el viraje ideológico del PP podría mover el tablero electoral: liberaría hueco en el centro-derecha y abriría una oportunidad para que Ciudadanos rearme su discurso fuera de la cuestión catalana.

Está por ver si los compromisarios del PP prefieren la continuidad y las garantías de Santamaría o si eligen combatir un contexto político incierto y cambiante con la respuesta ideológica que ofrece Casado. @sandraleon_

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