360º, otra forma de contar la realidad

La llanura de los soportes periodísticos, el papel y la pantalla, ha sido salvado por la tecnología, primero mediante la incrustación de vídeos en las noticias y ahora también gracias a la realidad aumentada, la virtual y los vídeos 360 grados. Estos formatos se han introducido en los artículos para sumar contenido a las historias, ofreciendo así una información más completa. EL PAÍS viene desarrollando en los últimos años nuevas narrativas que beben de estas tecnologías, como especiales multimedia o documentales gamificados. Desde el pasado marzo la creación de noticias de ámbito digital se centraliza en EL PAÍS_LAB, sección coordinada por la periodista Patricia Gosálvez. Una de las apuestas más firmes de su equipo son los vídeos 360 grados, un formato para el que se ha especializado el redactor Pablo León. 

El pasado enero León fue seleccionado para participar en el programa de periodismo Lookout360º, que pretende impulsar historias inmersivas relacionadas con el cambio climático. Junto a otros 12 periodistas de todo el mundo, el redactor viajó a Laponia para familiarizarse con este tipo de grabaciones y recoger material para realizar un reportaje. De esa experiencia, en la que ha seguido profundizando con encuentros periódicos con el resto del grupo, nació el reportaje La dehesa enferma. “Es un lenguaje nuevo, una manera de contar las cosas de otra manera, con una herramienta muy interesante que sorprende a la gente, incluso a los jóvenes, porque lo asocian a los videojuegos, pero no al periodismo”, opina el periodista, que ha mostrado el reportaje a un grupo de estudiantes a través de un amigo profesor para conocer sus impresiones.

EL PAÍS ha integrado este formato de una manera natural; sin embargo, no todas las historias son susceptibles de ser contadas a través de este canal. Como explica León, “es importante contar con una historia efectiva” y que contenga un aspecto visual relevante para la información. Para ello hay que pensar en los paisajes y los sonidos del reportaje, qué aportan al lector y si se pueden capturar en 360 grados. “No te puedes mover rápido con la cámara, pero a la vez la imagen tiene que ser espectacular para que no sea un vídeo homogéneo”, puntualiza León. "En el caso de La dehesa enferma el paisaje podría parecer insulso, pero ver ondear la hierba abanicada por el viento, que también se escucha, y a los cerdos mover sus cortas patas entre ella produce sensaciones que para muchos lectores pueden ser remotas o incluso desconocidas". 

León apunta que "la producción y la conciencia 360 grados son la clave” para que un vídeo se genere con éxito. “Se parece más al cine que a un vídeo de un reportaje, porque hay que prepara un guion, hacer las entrevistas antes, como si hicieses un corto”, explica. Para La dehesa enferma el periodista se fue a Huelva, lugar de grabación, un día antes del rodaje para entrevistar a los participantes y buscar los escenarios que más convenían a la historia. Después, seleccionó la información necesaria para construir el relato y la situó en los paisajes adecuados. Al día siguiente, con la narración y la imagen ya bosquejada, comenzó 12 horas de grabación acompañado por un cámara. León añade que, además de la información que proporciona la imagen y las entrevistas, en algunas ocasiones es necesario añadir un narrador o incluso gráficos, con lo que hay que contar con el equipo de Diseño de EL PAÍS.

Aunque hay un guion previo León recoge planos extra porque durante el proceso de edición pueden surgir necesidades imprevistas. Aunque advierte que no se debe grabar mucho material porque eso complicará la edición posterior, "pero sí hay que tener en cuenta que cuando empieces a montar no vas a poder volver al lugar de grabación si te falta algo”. Su último trabajo lo ha realizado durante este verano en Madrid, explorando cómo la industria del cine utiliza la ciudad de plató. 

Su experiencia la ha compartido ya en dos congresos internacionales: el GEN, celebrado en Lisboa, y el Global Forum VR, que tuvo lugar en Suiza, ambos en junio. Además, ha participado en la elaboración de “una guía de bolsillo” para quienes trabajan con este formato, ayudando así a que cada vez sea más fácil integrarlo en las redacciones.