Johnny Hallyday, un homenaje ensombrecido por disputas familiares
Seguidores del roquero francés conmemoran al fallecido músico que hoy habría cumplido 75 años en plena batalla judicial por su herencia
Han pasado ya seis meses, pero Édouard sigue sin creerse que su ídolo, Johnny Hallyday, esté muerto. “Voy a cumplir 52 años y lo llevo escuchando desde los siete”, contaba este seguidor incondicional: camiseta y chaqueta con la esfinge del Elvis francés —asegura que tiene más de 40 camisetas de Johnny en casa, igual que tazas, calendarios y pósters—, cruces al pecho como las que solía ponerse su ídolo, anillos de roquero en las manos. Édouard y su novia, Emilia, se quedaron este viernes sin poder entrar en la iglesia parisina de la Madeleine donde seguidores del cantante conmemoraron con una misa muy particular, salpicada de canciones del artista, el que debería haber sido el 75 aniversario del músico, fallecido en diciembre de un cáncer de pulmón.
No fueron tantos como los que, hace seis meses, acudieron a la misma iglesia a despedir a su héroe en un funeral con tintes de héroe nacional, con el presidente francés, Emmanuel Macron, en primera línea, al igual que las principales figuras políticas, sociales y artísticas del país. Aun así, más de un millar de admiradores de Johnny Hallyday quisieron participar en un homenaje que, como los últimos seis meses desde que Francia ha aprendido a vivir sin su Elvis, quedó ensombrecido por las duras disputas familiares en torno a la herencia de uno de los artistas más icónicos del país.
La muestra más visible de la batalla que ha dividido al clan Hallyday por un multimillonario patrimonio —mansiones en tres países, recuerdos y, sobre todo, derechos de autor de un artista que vendió más de cien millones de discos en más de cinco décadas de carrera— era la ausencia de sus familiares más próximos en el principal homenaje público a Hallyday desde su funeral.
Porque entre los que gritaban “Johnny, Johnny” en la Madeleine y cantaban sus éxitos con tanto entusiasmo que se habrían podido escuchar desde fuera de la iglesia aunque no se hubieran instalado altavoces para seguir el homenaje, no había ni uno de sus seres queridos más próximos. Ni su última esposa, Laeticia, ni los dos hijos de sus matrimonios previos, el también músico David Hallyday y la actriz Laura Smet, nacidos de las relaciones que Johnny mantuvo con las icónicas Sylvie Vartan y Nathalie Baye, respectivamente.
Laeticia optó por permanecer en Los Ángeles, donde se instaló desde la muerte de su marido, para conmemorar su cumpleaños acompañada solo de sus dos hijas pequeñas y de un puñado de amigos, según la prensa francesa. Laura Smet y David Hallyday, que han acudido juntos a la justicia para disputar el testamento de su padre que les dejó sin herencia —según su último testamento, Johnny consideraba que ya les había ayudado lo suficiente en vida— prefirieron rendir homenaje a su padre a través de mensajes en las redes sociales.
Laeticia y los hijos mayores de Johnny Hallyday están enfrentados en una batalla judicial que ha llevado a los magistrados a congelar los bienes del artista hasta que se diriman las disputas por la herencia. La pelea ha provocado también que el álbum póstumo del roquero, que debería haber salido con ocasión del 75 aniversario de Hallyday, haya sido postergado hasta el otoño. Más allá de los tribunales, la batalla se ha realizado a través de los medios franceses usados por ambos bandos para lanzarse acusaciones y reproches. El último episodio tuvo lugar este mismo viernes, a través de la revista Elle que publica una entrevista a Laura Smet en la que esta evoca la relación con su padre y asegura que no se esperaba la enorme “violencia” que ha rodeado el litigio.
La pelea también ha dividido a los amigos de Hallyday y hasta sus seguidores, como se pudo sentir cuando, durante la misa del viernes, el primo del roquero, Michael Ketcham Halliday, rindió un homenaje a Laeticia: solo una parte del público aplaudió, mientras muchos admiradores silbaban y negaban con la cabeza, enfadados.
“¡Y todo por el dinero, qué pena!”, lamentaba Elianne, una admiradora sexagenaria de Hallyday que quiso acudir este viernes al homenaje. También Anita y Sylvain, que viajaron desde Perpiñán para participar en la cita de la Madeleine, sacudían la cabeza con tristeza. “Esto estropea su imagen, lamento que haya llegado a este nivel, todas las familias tienen problemas, pero esto es demasiado”, decía Sylvain, para quien la disputa está manchando la imagen de un artista que “ha sido un ídolo para muchas generaciones”.
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