Ignasi Monreal convierte en arte la moda de Gucci

¿Es la moda arte? La eterna pregunta vuelve a la actualidad por cortesía de Alessandro Michele. El italiano, director creativo de Gucci desde enero de 2015, afianza su fructífera colaboración con el artista español Ignasi Monreal con una colección cápsula que difumina la línea entre el arte y la moda. En ellas, la marca italiana ha estampado las obras que Monreal pintó para la campaña primavera-verano 2018 de Gucci en una edición limitadísima de camisetas y sudaderas que, emulando a las obras de arte seriadas, están numeradas con una etiqueta dedicada.

El lanzamiento se acompaña con un nuevo mural en la famosa calle Brick Lane de Londres en el que el artista vuelve a mezclar inspiraciones procedentes de la pintura clásica. La obra que muestra una mujer sentada en un sofá incluye referencias de el Retrato de la Señora de Garay del pintor vasco Ignacio Zuloaga y Zabaleta y del cuento clásico Rapunzel de los Hermanos Grimm.

Desde que empezó su andadura en Gucci, Michele ha apostado por la cultura, el arte emergente y la creatividad para generar valor y diferenciación. Algo que a tenor de los resultados, parece que le está funcionando de maravilla: la enseña italiana subió sus ventas un 42% en 2017.

Ignasi Monreal ha vivido de cerca la estrategia de Michele. Colaboraron por primera vez en la campaña digital #GucciGram en 2015: “Desde entonces todo ha ido in crescendo”, explica por correo electrónico Monreal mientra se encuentra de camino a Hong Kong.

Este artista nacido en Barcelona ha sido el encargado de pintar las hipnóticas pinturas digitales hiperrealistas de la campaña primavera verano 2018 de la marca. Las imágenes traen a la actualidad algunas de las pinturas más famosas de la historia del arte en un “popurrí de inspiraciones, intereses y experiencias personales que confluyeron en estos proyectos. Me sirvieron para vaciar ideas que antes me había dado reparo explorar”, cuenta el propio artista.

Y es que la realización de la campaña fue una tarea intensa. Monreal dedicó más de medio año al desarrollo de la campaña: “fue una locura. Me despertaba y pintaba hasta irme a dormir de madrugada, fueron ocho meses sin descanso y sin fines de semana libres, una auténtica maratón Gucci", explica.

En un mundo en el que impera la fotografía, Monreal aporta con sus pinturas: “el valor de algo hecho a mano. Una foto es instantánea y a veces desechable, una ilustración lleva de horas a días o semanas en completarse, para mí es algo más permanente: recuerdo el 90% de lo qué pinto pero muy poco de lo que fotografío”. De hecho, esta campaña que sin olvidar la ropa es también una obra de arte, fue escogida como la mejor de la temporada por la reputada publicación The Business of Fashion por “empujar los límites”. Y es que Alessandro Michele ha revolucionado el mundo de la moda con su visión.

 ¿Por qué cree que la estrategia de Gucci está funcionando tan bien?, le preguntamos a Monreal: “Porque implica asumir riesgos, y sin riesgos no hay gloria”, responde. A continuación continúa explicando que la iniciativa de la marca italiana “está haciendo que otras marcas se pongan las pilas, veo paralelismo con lo que en su día fue Apple para la tecnología”.

El incontestable éxito de la compañía es incluso materia de estudio. A finales del año pasado, la Universidad Bocconi de Milán anunciaba el proyecto de investigación Gucci Research Lab alrededor de la cultura de marca de la empresa. Amante del arte y la filosofía, Alessandro Michele ha logrado crear un universo personalísimo que hipnotiza sobre todo a los más jóvenes, encandilados con el complejo y rico imaginario que el director creativo despliega ante sus ojos.

En un mundo en el que impera la literalidad y escasea la mirada crítica, la tarea de Michele de poner el foco en artes minoritarias es de agradecer. Y agradecidos están artistas como Coco Capitán, la fotógrafa española que ha colaborado también en varias ocasiones con Michele, y el propio Monreal que ha hablado del director creativo como de un Medici moderno.

El artista sabe que cruzarse con Michele en su camino ha marcado un antes y un después en su carrera: “Para mí ha sido crucial esta colaboración, me ha dado un volumen de trabajo y exposición que han cambiado mi negocio, lo que se agradece enormemente. Lo bonito de Michele es que trabaja con los más grandes como Maurizio Cattelan o Martin Parr y lo contrasta con desconocidos como yo, al final lo que importa es hacer un buen trabajo”.