Diane Kruger, madrina de los nuevos talentos en Cannes
Elizabeth Debicki y Joe Alwyn, pareja de Taylor Swift, recibieron el Trofeo Chopard como futuras promesas del cine
En el año 2003, Diane Kruger acababa de empezar su carrera como actriz. Después de casi una década dedicada a la moda, apoyada por su entonces pareja, Guillaume Canet, había hecho la transición empezando en el cine francés solo un año antes. “Cuando llegué a Cannes ese año no había estrenado más que una película”, recordaba ayer, de nuevo en Cannes, 15 años después. Esta vez en el lado opuesto, como veterana actriz.
Ese año, junto a Gael García Bernal, recibía el Trofeo Chopard otorgado a jóvenes talentos, a promesas que, con un puñado de títulos a sus espaldas, como mucho, ya apuntan hacia una gran carrera. Fue el caso de Kruger quien poco después saltaba al mercado internacional (La búsqueda, Malditos bastardos) y el año pasado se consolidaba al recoger el premio más prestigioso del Festival francés: la Palma de Oro por su interpretación en En la sombra.
El lunes por la noche, subida a un escenario en el Hotel Martinez, junto al director del Festival de Cannes, Thierry Frémaux; y la copresidenta de la marca de alta joyería suiza, Caroline Scheufele, a Diane Kruger le tocaba estar al otro lado y ser la madrina de dos nuevos talentos. “Cannes y Chopard han sido mis mentores, me han apoyado y llevado de la mano toda mi carrera y espero que estos premios sirvan también para que estos dos actores vivan el mismo viaje que yo, que cuenten también con ellos como mentores”, dijo la actriz alemana.
La australiana nacida en París, Elizabeth Debicki, fue la primera premiada. Altísima, es una de las excepciones de este Trofeo Chopard porque, a sus 28 años, ya tiene varios éxitos en su filmografía, como El gran Gatsby, Guardianes de la galaxia o la serie The Night Manager. “Y al parecer acabas de rodar con un director muy admirado en Cannes, Steve McQueen”, le dijo Thierry Frémaux. “¿Podrías decirle que venga a estrenar su película el año que viene a Cannes?”.
Antes de la entrega Frémaux se dedicó a recordar algunos de los nombres que habían recogido el Trofeo cuando aún nadie les conocía. “¿Os suenan nombres como Marion Cotillard, Léa Seydoux, Adèle Exarchopoulos, que tienen una Palma de Oro?”, dijo. Audrey Tautou, antes de estrenar Amèlie, lo recogió también en la primera edición junto a Eduardo Noriega, uno de los tres actores españoles que lo tiene, además de Blanca Suárez y Astrid Bergès-Frisbey.
El actor británico Joe Alwyn fue el segundo en ser llamado al escenario por Diane Kruger. En su caso, sí es un premio-apuesta porque solo hace dos años debutaba en el cine, aunque lo hacía a lo grande, de la mano de Ang Lee en Billy Lynn. Pero en estos dos años ya ha rodado otras cinco películas. Una de ellas, The Favourite, del griego Yorgos Lanthimos, también es una candidata para hacerle volver a Cannes. “Esta es mi primera vez y estar recogiendo este premio es un honor”, dijo. “Me siento afortunado por dedicarme a lo que me gusta y recibir un reconocimiento tan pronto en mi carrera es un gran voto de confianza”.
El actor, además, estos días ha recibido más atención mediática de la que, probablemente, desearía desde que se sabe que sale con la cantante Taylor Swift. Y estos días en Cannes limitó mucho sus entrevistas para evitar preguntas sobre su vida personal.
Una vez entregados los premios, la fiesta empezaba en la séptima planta del Hotel Martinez, en la suite con terraza y vistas sobre La Croisette que Chopard, patrocinador de Cannes desde hace dos décadas, mantiene durante todo el Festival. Livia Firth, la diseñadora y mujer de Colin Firth, que también estuvo entre el público durante la entrega, fue la primera en subir. Los dos premiados la siguieron, aunque se mantuvieron en la zona VIP del evento. Cuando la premiere de la película de Spike Lee, BlacKkKlansman acabó en el Palais des Festivals, Cate Blanchett, presidenta del jurado este año, terminó la noche en la fiesta de Chopard. El mismo plan que hizo Jane Fonda, que estos días ha presentado un documental sobre su vida.
La modelo Petra Nemcova, amiga de Caroline Scheufele, acaparó la atención con su vestido de seda blanco y un baile que arrancó al resto de invitados. Después de que la cantante francesa Camélia Jordana cantara para todos.
Pero si alguien acaparó toda la atención durante la velada fue Roy Wang, la última china estrella del pop. Con solo 17 años, mueve a millones de fans entregados que le llegaron a pagar un anuncio de feliz cumpleaños en Times Square.
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