Sexismo y sado en los autobuses de Valencia
La empresa de transportes retira la campaña de una clínica privada que anunciaba operaciones de aumento de pecho
En la imagen aparece una mujer reclinada hacia atrás y con estética sadomasoquista: chaqueta negra de látex, falda muy corta y esposas en las muñecas. Al lado se lee: Aumento de pecho, 75€ / mes.
La Empresa Municipal de Transportes (EMT) de Valencia ha retirado estos anuncios de una clínica privada, que iban en los laterales y en la trasera de autobuses urbanos, por "cosificar a la mujer", y ha "apercibido" a la concesionaria que gestiona la publicidad del ente público por infringir el recientemente estrenado código ético que está obligada a cumplir.
La campaña fue criticada en Twitter el jueves pasado por la diputada de Podemos en las Cortes Valencianas, Fabiola Meco. "Los autobuses públicos de EMT Valencia no deberían llevar publicidad sexista", escribió en la red social.
Los autobuses públicos de @emtvalencia no deberían llevar publicidad sexista. No te parece @giuseppegrezzi? pic.twitter.com/Kg3OOon6Zo
— Fabiola Meco (@FabiolaMeco) May 2, 2018
El gerente de la empresa pública, Josep Enric García Alemany, asegura que un día antes ya había solicitado la retirada de la campaña a la operadora privada que gestiona la publicidad de la EMT, Exterion, tras detectar el contenido y considerarlo "inaceptable" por transmitir una imagen de sumisión de la mujer incompatible con un organismo público.
García Alemany señala que la concesionaria de la publicidad no consulta las campañas con la EMT, y que esta no dispone de medios para supervisarlas de forma sistemática. Los anuncios sexistas de la clínica Dorsia iban insertados en cuatro de los 400 autobuses que circulan por la ciudad en un día laborable, y las campañas, afirma, cambian continuamente. No era la primera vez. La publicidad en los autobuses de Valencia ha generado otros escándalos por su contenido machista. En la legislatura pasada, el Gobierno autonómico, del PP obligó a retirar una campaña de autocares del área metropolitana que anunciaba prostitución.
Para evitar situaciones de ese tipo, en las que el margen de maniobra de la EMT es relativamente limitado —no podía retirar directamente anuncios, aunque sus sugerencias a la concesionaria solían tener efecto—, la empresa de transportes, cuyo presidente es Giuseppe Grezzi, de Compromís, incorporó como anexo a la renovación del contrato firmado en noviembre de 2017 un código ético de obligado cumplimiento para la adjudicataria de la publicidad, que le concede capacidad ejecutiva para suprimir campañas.
En el decálogo se establece el rechazo a "toda la publicidad que vaya contra los principios de la legalidad vigente y en especial contra la Constitución Española, así como aquella cuyos contenidos puedan resultar ofensivos, atenten contra las normas sociales de convivencia, usos y costumbres. Por ejemplo: inclusión de armas; contenidos sexistas, racistas o que menoscaben la dignidad humana; tampoco aquellos que supongan un maltrato animal o utilicen animales como reclamo comercial, como sucede con las corridas de toros o los circos; ni aquella que fomente comportamientos nocivos contra el medioambiente".
El código, que prevé que en los casos controvertidos la EMT pueda retirar campañas después de que lo determine un jurado compuesto por altos cargos de la empresa, añade: "La publicidad dirigida al público infantil deberá tener en cuenta su vulnerabilidad, nivel de experiencia y credulidad. En este tipo de anuncios se rechazarán de manera sistemática aquellos que promuevan una sociedad patriarcal".
La empresa municipal considera que la publicidad de la clínica Dorsia implicó la transgresión del código ético, aunque no ha observado que existiera "mala fe". Por ello, aunque el incumplimiento del acuerdo permite incluso la resolución de la concesión de publicidad —que proporciona a la EMT un canon mínimo de 1.080.000 euros al año—, en este caso solo se ha "apercibido" a la adjudicataria, que también gestiona la publicidad de los autobuses en Madrid y Barcelona, advirtiéndole de que una campaña de ese tipo no puede volver a recorrer la ciudad en los autobuses públicos.
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