Diez museos bizarros: de los condones de los Rolling a la invasión extraterrestre
Divertidos, irreverentes, excéntricos o espeluznantes
1. The Viktor Wynd’s Museum of Curiosities (Londres, Reino Unido)
Corderos con dos cabezas, sirenas de Fiji, obras del pintor ocultista Austin Osman Spare, momias, homúnculos, huesos de dodo, el esqueleto de un oso hormiguero gigante, cacas de famosos, condones usados por los Rolling Stones y una colección de restos humanos que incluye cabezas reducidas del amazonas y máscaras tribales africanas en un museo muy escatológico.
2. MoSex (Nueva York, EE UU)
En el centro de Manhattan, en un edificio ubicado en la esquina de la Quinta Avenida y la Calle 27, abrió hace unos años el Museum of Sex o MoSex, el primero de su clase en Estados Unidos. No es el único museo del sexo, pero sí uno de los que abordan el tema con más elegancia y seriedad. El diseño interior es obra del estudio londinense Casson Mann, responsable del nuevo Centro Internacional del Arte Parietal de Lascaux. También organizan exposiciones temporales, como Celestial Bodies: The Couples VR Experience (Cuerpos Celestiales: La experiencia de la realidad virtual en pareja; hasta el 2 de octubre); NSFW: Female Gaze (La mirada femenina), una muestra de la obra de 25 artistas emergentes, todas ellas mujeres, de temática feminista (hasta el 14 de octubre), o The sex live of animals, sobre la vida sexual de los animales.
3. La Torre de los Locos (Viena, Austria)
Escondida entre los árboles de la Universidad de Viena se alza el Narrenturm (Torre de los Locos), una construcción cilíndrica de ladrillo con cinco plantas y 139 celdas que albergó uno de los primeros hospitales psiquiátricos (manicomios) de Europa. El Narrenturm fue construido en 1784, y su diseño y proporciones tienen un fuerte simbolismo: cada una de las plantas representaba uno de los cinco elementos básicos de la naturaleza (tierra, fuego, aire, éter y agua) y cada piso tenía 28 celdas, en alusión a los meses lunares (en el siglo XVIII se achacaba a la Luna los cambios de humor y de ánimo, así como ciertas formas de locura que se presentaban a intervalos, conectadas a las fases lunares). Hoy es la sede del Museo Patológico Anatómico Federal de Viena (Pathologisch-anatomisches Bundesmuseum Wien), y gracias a sus antiguos huéspedes cuenta con una de las mayores colecciones de piezas anatómicas del mundo.
4. Atami Adult Museum (Atami, Japón)
Atami, situada en el extremo oriental de la prefectura de Shizuoka (Japón), es famosa por sus aguas termales y también porque allí se encuentra uno de los últimos Hihokan —en japonés, casa de los tesoros ocultos, un eufemismo empleado para los antaño populares museos del sexo— que quedan en Japón. Con un cierto encanto retro setentero, allí se exhiben desde grabados eróticos de Hokusai hasta dioramas que muestran las fantasías sexuales más kitsch.
5. Cappella Sansevero (Nápoles, Italia)
Eros y Tánatos van de la mano en esta capilla barroca, donde conviven las inquietantes y sensuales esculturas veladas de Giuseppe Sanmartino y las macabras Macchine anatomiche (máquinas anatómicas) de Raimondo di Sangro: los esqueletos de un hombre y una mujer que conservan todo el sistema sanguíneo. El príncipe Sansevero era masón y toda la estructura de la capilla así como sus grupos escultóricos tienen un carácter simbólico. La técnica escultórica de los panneggio bagnato (paños mojados) es conocida desde la antigüedad: fue empleada por el escultor Fidias para los frisos del Partenón y los escultores helenísticos (en la Victoria alada de Samotracia, por ejemplo).
6. El Gabinete Secreto (Nápoles, Italia)
Diez siglos de sexo separan el De diversis fornicationibus de las Glosas Silenses y la serie de televisión Californication de la cadena estadounidense HBO. A pesar de ser considerado un pecado capital por la doctrina cristiana, el apetito de los deleites carnales ha servido como tema de creación artística desde la prehistoria, casi siempre resaltando sus aspectos positivos y lúdicos, cuando no su carácter religioso, como ocurre con el hinduismo tántrico. Entre los que más cultivaron (y disfrutaron) el ars amandi, están los romanos: en el Gabinete Secreto del Museo Arqueológico de Nápoles (Italia) se puede ver una colección de frescos, mosaicos y esculturas de carácter erótico o pornográfico hallados en las ruinas de Pompeya (que era algo así como el Benidorm de la antigüedad, pero con los nombres de las calles en latín y salsa garum en vez de Ketchup).
7. International Cryptozoology Museum (Portland, Maine, EE UU)
Desde tiempos inmemoriales, los monstruos alimentan mitos, fantasías, sueños y pesadillas. La criptozoología se ocupa del estudio de los seres fantásticos y los posibles animales reales que podrían existir tras el mito. Los científicos serios la consideran una pseudociencia, aunque en algún caso acierte: el celacanto, un pez contemporáneo de los dinosaurios que se creía extinguido desde hace ochenta millones de años (se pensaba que algunos ejemplares disecados que habían llegado a los museos eran falsos) resultó ser real: el 22 de diciembre de 1938 se capturó un ejemplar vivo cerca de las islas Comoras, donde existe una población estable. En el museo de Maine se muestran falsas sirenas disecadas (fakes conocidas como Fiji Mermaids, sirenas de Fiji, fabricadas con monos y colas de pescado, que los marineros solían llevar como recuerdos), el molde de la huella de un pie del Yeti, fotografías del monstruo del lago Ness y la réplica de un celacanto.
8. Museo de los Ovnis (Roswell, Nuevo México, EE UU)
Cada año, a primeros de julio, miles de personas acuden a una cita con los extraterrestres en Roswell, Nuevo México (Estados Unidos), donde se conmemora la hipotética caída de un hipotético objeto volador no identificado a principios del verano de 1947. W. W. Mac Brazel, el dueño de un rancho cercano, descubrió los restos: metal y unos hombrecillos grises y cabezones. La Fuerza Aérea norteamericana primero dijo que sí, que era un Ovni. Después dijo que no, que era un globo sonda. Como diría el agente Fox Mulder, de Expediente X, “la verdad está ahí fuera”.
9. Rancho Freeman, Tejas (EE UU)
Centro de Investigación de Antropología Forense (FACTS) es un laboratorio de investigación al aire libre que se ocupa de “reconstruir el intervalo desde el momento de la muerte y los estudios relacionados con la descomposición del cuerpo humano”, es decir, hasta que solo quedan los huesos mondos y lirondos. Gil Grissom (CSI) y la doctora Temperance Bones Brennan, pasan allí sus vacaciones. Admiten donaciones. También de cuerpos.
10. Palazzo Poggi (Universidad de Bolonia, Italia)
A lo largo de los siglos XVIII y XIX, artistas italianos como Clemente Michelangelo Susini (1757-1814), Giuseppe Astorri (1785-1852) y Cesare Bettini (1801-1855) trabajaron para las escuelas de medicina de varias universidades europeas esculpiendo, con fines didácticos, modelos anatómicos en cera de los cadáveres que pasaban por las salas de disección. Todos ellos son muy realistas, incluso desagradables, y en especial las desasosegantes Venus anatómicas de Clemente Susini (quien además de cera empleaba cabellos humanos, perlas y cristal de Murano) que se conservan en museos médicos como el del Palazzo Poggi en la Universidad de Bolonia, el museo La Specola de Florencia o el Josephinum de la Universidad de Viena.
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