_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Sin perdón

¿Por qué en su fementido comunicado no mencionan a su víctima principal, la democracia española?

Fernando Savater
El director ejecutivo del centro para el diálogo humanitario de la Fundación Henri Dunant, el neozelandés David Harland, muestra el comunicado de la banda terrorista ETA en el que anuncia el fin de su trayectoria, en Ginebra (Suiza).
El director ejecutivo del centro para el diálogo humanitario de la Fundación Henri Dunant, el neozelandés David Harland, muestra el comunicado de la banda terrorista ETA en el que anuncia el fin de su trayectoria, en Ginebra (Suiza). VALENTIN FLARAUD / EFE

Comprendo que reprocharle a los terroristas etarras las miserias de su comunicado de despedida (?) puede parecer tan superfluo como criticar a Jack el Destripador por la fetidez de su aliento. Pero como hasta esta última ridiculez del hacha y la serpiente tendrá sus hagiógrafos entre quienes no ostentan más méritos que su pasado de excombatientes y demás oportunistas, conviene hacer un poco de pedagogía. Desde luego, lamentarse por las víctimas que no tenían nada que ver con el conflicto, dando por buenas y justificadas las otras, es repugnante. Pero aún peor es lamentarse de las aciagas circunstancias (empezando por el bombardeo de Gernika) que les obligaron a oficiar de asesinos: “¡Qué más hubiéramos querido que hubiese paz y libertad!”. Pues las hubo, claro, a partir del 78 y a pesar de ellos. Porque se convirtieron en el peor enemigo de la democracia, su obstáculo más peligroso, la coartada de los militares golpistas, la mejor garantía de perpetuación de la policía franquista. ¿Por qué en su fementido comunicado no mencionan a su víctima principal, la democracia española? ¿Por qué en vez de privatizar los sufrimientos personales no asumen la perspectiva política reconociendo su campaña de tantas décadas contra las libertades y los derechos de todos los ciudadanos?

A ver, puestos a jugar un poco: ¿qué entienden ellos por esa paz y libertad que falta? ¿Cómo tendría que haber sido el país después de la larga dictadura para que ya no hicieran falta intimidaciones y crímenes? ¿Deberíamos todos habernos puesto en posición de saludo hasta que nos llegasen sus órdenes? Sobre todo: ¿por qué no se dejan de lágrimas de cocodrilo y dicen sencillamente que reconocen la democracia constitucional vigente, la que defendieron contra ellos esos “implicados en el conflicto” a los que asesinaron?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_