La dimisión de Agramunt

El Consejo de Europa, institución encargada de velar por la democracia, las libertades y los derechos fundamentales en Europa, ha concluido, tras una minuciosa investigación independiente, que cinco de los miembros de su Asamblea Parlamentaria, entre ellos dos españoles, violaron el código ético de la organización, donde están presentes 47 países, por lo que les invita a presentar su dimisión.

El informe sostiene que el senador del Partido Popular, Pedro Agramunt, que presidió la Asamblea entre 2016 y 2017, y el diputado del PDeCAT, Jordi Xuclà, blanquearon las credenciales democráticas y de derechos humanos de Azerbaiyán, país que entró a formar parte del Consejo de Europa en 2001, pese a la existencia, constatada, de presos de conciencia y de las evidencias de fraude electoral cometido por el Gobierno del país centroasiático. La investigación concluye que el Gobierno de Azerbaiyán empleó cuantiosos recursos económicos, en forma de sobornos, regalos y viajes de lujo a una serie de miembros de la Asamblea con el fin de lograr un trato de favor para su país.

La Asamblea, actuando en consecuencia, ha instado al senador Agramunt y al diputado Xuclà a que renuncien a sus escaños en Estrasburgo. Pero el Partido Popular y el PDeCAT, lejos de abochornarse por el oprobio y el daño a la imagen de España que esta reprobación supone, aprobada por nada menos que 123 votos a favor y 9 en contra, insisten en mantenerlos en sus puestos con el argumento de que el informe “no tiene valor jurídico”.

Ya es penoso para los españoles tener que soportar la constante negativa del PP a que sus diputados y senadores asuman responsabilidades por conductas poco éticas y que se escuden tras los tribunales. Pero que además pretendan exportar su mala praxis al Consejo de Europa, referente desde 1949 de la democracia en el continente, resulta del todo inaceptable. Agramunt y Xuclà deben renunciar sin dilación.