Los gatos ‘contrabandistas’ de Costa Rica
La policía de la cárcel La Reforma interceptó, por segunda vez en un mes, un felino con una bolsa atada al cuello en la que ocultaba mercancía prohibida en el penal: un teléfono móvil
Los presos de Costa Rica están intentando probar nuevos métodos para introducir objetos prohibidos en las cárceles, como teléfonos móviles y drogas. Funcionarios del centro penitenciario de La Reforma, uno de los mayores del país, interceptaron esta semana un gato con una bolsa atada en el cuello en la que llevaba un móvil y sus accesorios. Se trata del segundo caso en el último mes, por lo que sospechan que los delincuentes están tratando de adiestrar a los felinos para cumplir sus fines delictivos. Una tardea nada fácil, como puede constatar quien tenga uno en casa.
El gato fue atrapado por oficiales de la policía penitenciaria del Centro de Atención Integral Jorge Arturo Montero Castro, más conocido como La Reforma, situado en San Rafael de Alajuela, 15 kilómetros al oeste de la capital costarricense. Los oficiales se fijaron en que el gato, que merodeaba por las instalaciones, llevaba algo colgando del cuello y le dieron caza. Al atraparlo descubrieron que se trataba de una bolsa negra en la que había un teléfono móvil, una batería, un cargador y un accesorio de manos libres.
No es la primera vez que han detectado a un animal portador de objetos prohibidos. El director de la policía penitenciaria, Pablo Bertozzi, señaló que los presos recurren a los métodos más variopintos para burlar la seguridad y lograr colar esta mercancía. “En lo que va de este año hemos logrado la captura de dos gatos”, explicó a medios locales.
El otro felino, atrapado el 22 de marzo, portaba un paquete en el lomo con dos teléfonos. Las autoridades creen que los animales pueden estar recibiendo algún tipo de entrenamiento no profesional. “Le están poniendo un peso encima al lomo del gato y, posiblemente, para entrenarlo lo hacen pasar hambre, con el objetivo de que responda a una acción a cambio de un regalo”, agregó Bertozzi, según recoge La Nación.
Anteriormente los delincuentes habían probado con otros animales. En 2015, en la misma cárcel, atraparon a una paloma que en un pequeño bolso atado a su pecho, llevaba 14 gramos de cocaína y otros tantos de marihuana. El método de la narcopaloma ya había sido usado en Argentina y Colombia.
Según datos oficiales, durante el 2017 la policía decomisó 3.159 móviles en las cárceles del país. Los móviles suelen estar prohibidos para evitar que los presos sigan en contacto con las bandas a las que pertenecen o incluso cometan delitos como las temidas extorsiones telefónicas.
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