Entre el verano de 2015 y la primavera de 2017, el fotógrafo belga Carl De Keyzer viajó cuatro veces a la República Popular Democrática de Corea. El reportero de la agencia Magnum pasó 60 días en este reducto del comunismo puro, duro y sin aparente fecha de caducidad. De Keyzer tuvo acceso privilegiado a los lugares y a las gentes del reino de Kim Jong-un un país de otra era en el siglo XXI.