
De la escucha activa al abrazo sin medida: 6 gestos de crianza de William y Kate Middleton y lo que implican
Expertos en pedagogía y comunicación no verbal explican si se trata de muestras de cariño o son puestas en escena ante las cámaras

Parecen sacados de una de esas fotos que vienen con los marcos nuevos. Siempre sol, siempre sonrisas, siempre cariño. ¿Están posando los duques de Cambridge o es que simplemente adoran a sus hijos y no se reprimen? "¿Posados? ¡Ni mucho menos!" Así de rotundo se muestra José Luis Martín Ovejero, experto en comunicación no verbal y detección del engaño, quien apoya su declaración con el argumento de que es muy difícil, por no decir imposible, mostrar siempre una actitud tan perfecta en todo momento.
Precisamente el hecho de vivir ante la atenta mirada del mundo entero es lo que hace que César de la Hoz, psicopedagogo mediador escolar y familiar, discrepe con esta opinión y considere que muchos de estos gestos son en realidad "de cara a la galería".
Expertos analizan para BuenaVida una serie de fotografías deteniéndose en aquellos detalles que revelan si estamos ante una relación paterno filial modulada por el cariño o si se trata de una puesta en escena orquestada para una audiencia demandante de momentos dulces, felices y aristocráticos.

Guillermo, Catalina y sus hijos celebran todos juntos una fiesta en un parque. En la escena, ambos padres se ponen al nivel de sus hijos, lo cual es clave "para que los niños les vean y escuchen mejor y, sobre todo, sientan que sus padres se preocupan por ellos y por lo que quieren decir. De esta manera, los pequeños perciben que sus padres están cerca".
Este método de crianza de crianza se denomina Escucha Activa y es una forma respetuosa de tratar a los niños que busca que se sientan realmente escuchados. La pedagoga Leticia Garcés Larrea lo define como “una forma de comunicación entre los miembros de la familia que va a permitir desarrollar la empatía, a la vez que proteger los vínculos afectivos”.
Para Martín Ovejero no es una actitud falsa ni forzada: "Es pura naturalidad, es un comportamiento que les sale dentro". El examen visual de esta imagen delata, desde su punto de vista, "una relación muy cercana y cariñosa que emplea el contacto físico como instrumento para fortalecerla”.
En este caso, César de la Hoz coincide: "Es la más natural de las fotos. Están todos jugando y es normal que se pongan a la altura de los niños para hacerlo".

El príncipe Guillermo se coloca detrás de su hijo inclinándose para ponerse a su altura y se apoya en sus hombros, mientras el pequeño saluda a una mujer adulta. "Si trazamos una línea imaginaria por su columna vertebral, comprobaremos fácilmente que la tiene inclinada hacia atrás", señala Martín Ovejero, que considera que al niño le incomoda la situación. "La regla que debemos aplicar a continuación es muy clara: nos acercamos a lo que nos gusta y nos alejamos de aquello que nos disgusta. En este caso, vemos cómo el pequeño toma distancia".
Mientras el experto en comunicación no verbal piensa que la actitud del duque le da seguridad a su hijo, el psicopedagogía explica que "a edades tan tempranas no es necesario forzarles a formar parte del mundo de los adultos". De la Hoz considera que es mejor "dejar que el niño vaya poco a poco". Aunque, recuerda que se trata de la familia real británica y que estos niños viven en un mundo distinto.

Para Ovejero esta imagen es una muestra más del cariño de Middlenton hacia su hijo. Eso sí, esta afirmación la hace con cierta cautela ya que según el experto, "la imagen no es determinante, y en ciertas ocasiones las fotografías engañan, sobre todo si carecen de contexto. En esos casos, sería preferible analizar vídeos donde se pudiera analizar algunos minutos y no solo una imagen fija".
Donde este experto ve "multiplicación del amor a través del contacto físico de Kate y su hijo", De la Hoz cree que puede haber un exceso de caricias. Aunque coincide en que habría que ver la secuencia entera. En general, añade, "siempre se les ve muy cariñósos y puede haber algo de sobreactuación. Aunque, no tiene porque ser algo malo".

La fotografía capta una escena a las puertas del aeropuerto en el que la hija menor de los duques es el centro de las miradas y atenciones de sus padres. En este caso, la niña "provoca tanto interés como afecto, que aprecia con el contacto físico en la espalda que hace el padre sobre la niña", indica el experto en comunicación no verbal.
Al igual que ocurre con la protección o las caricias, este exceso de atención puede tener su contrapunto, según el psicopedagogo: "Podría hacerles más dependientes". Por lo que aconseja encontrar un punto medio.

Padre e hijo se abrazan con fuerza en una imagen donde Ovejero observa grandes dosis de complicidad. "No solo del príncipe Guillermo hacia su hijo Jorge, también el niño se muestra activo en la escena. El pequeño se aferra al cuello de su padre y se une a él por el rostro".
Por su parte, César de la Hoz añade que este tipo de muestras dependen también de lo que requiera el niño: "Demasiadas pueden generar dependencia y pocas, miedo".