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El secreto que se llevó a la tumba el mejor fotógrafo del rock

Con fama de violento, al fotógrafo Nicolas Jim Marshall le obsesionaba la paz. Bueno, el signo de la paz

Toni García
Protesta contra la guerra de Vietnam (y, en letra pequeña, contra la intervención en Cuba) en Oakland, en 1968.
Protesta contra la guerra de Vietnam (y, en letra pequeña, contra la intervención en Cuba) en Oakland, en 1968.Nicolas Jim Marshall

Era conocido por su afición a las armas, su amistad con Johnny Cash y sus innumerables peleas con conocidos, amigos y gente aleatoria. Pero Nicolas Jim Marshall (Chicago, 1936- Nueva York, 2010) también está considerado el mejor fotógrafo de rock and roll de la historia y una leyenda de la música estadounidense sin haber empuñado jamás un instrumento.

El de Chicago era temido y admirado a partes iguales y aún se cuentan sotto voce sus noches con Led Zeppelin, Lynyrd Skynyrd o los Beatles. “En muchos clubes de Los Ángeles y Nueva York también recuerdan su nariz de boxeador”, explica Baron Wolman, primer editor gráfico de la revista Rolling Stone e íntimo amigo de Marshall, quien falleció en 2010.

Sin embargo, para sorpresa de sus propios colegas, Marshall era también un pacifista: “[Risas] Yo no lo definiría así, diría más bien que estaba obsesionado con el símbolo de la paz”, matiza Tony Nourmand, de Reel Art Press y editor de Peace. Este libro recoge las fotos de Marshall que inmortalizaron en los sesenta el signo creado por Gerald Holtom, un cristiano pacifista, en 1958.

Hasta 400 imágenes de este logo universal ilustran sus páginas después de ser descubiertas tras la muerte del fotógrafo, que nunca las publicó, no se sabe si por descuido o por cuidar su reputación de tipo duro. “Supongo que ilustra la eterna contradicción en la que vivimos los seres humanos, incluso las de un genio como Jim”, reflexiona Nourmand.

 El símbolo universal dibujado con trazo irregular en un muro de Nueva York, en 1962.
El símbolo universal dibujado con trazo irregular en un muro de Nueva York, en 1962. Nicolas Jim Marshall

En el prólogo del libro, la cantante Joan Baez no tiene problema en reconocer su pasmo al conocer la existencia de esta colección: “No salía de mi asombro cuando descubrí que a Jim le gustaba el símbolo de la paz, porque lo que yo recuerdo de él es que era un halcón. […] Quizás le gustaba fotografiar ese objeto inanimado porque no podía contestarle”, relata Baez con cierto recochineo. “En manos de otro, esto sería una simple colección de pintadas y paredes, pero en manos de Jim Marshall y en glorioso blanco y negro, es otra cosa: arte”, remata el editor.

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