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Una fragancia sin miedo a las contradicciones

LOEWE SOLO Origami renueva un clásico contemporáneo español con referencias a Japón y al Mediterráneo

Llevamos vidas complejas. El trabajo, el estrés, las responsabilidades y las inevitables prisas crean a nuestro alrededor una red de presiones que reclama un respiro. Un instante para reencontrarse con la naturaleza y, de paso, con uno mismo. De ahí que, en los últimos tiempos, las disciplinas tradicionales de la cultura japonesa gocen cada vez de mayor prestigio entre urbanitas necesitados de una dosis de autenticidad. Y de ahí que la nueva declinación de Loewe Solo, la fragancia masculina más iconoclasta e innovadora de Loewe Perfumes, rinda homenaje a una de esas artes milenarias. Se llama LOEWE SOLO Origami y ya su aspecto exterior indica que nos hallamos ante un soplo de aire fresco. "El color del jugo no es el de siempre", explica Emilio Valeros, perfumista histórico de la casa y artífice también de esta nueva versión. "El tono verde remite a la naturalidad y a lo mediterráneo, y es cierto que en los últimos años hay un regreso a las notas naturales en perfumería", apunta.

Albahaca es uno de los ingredientes clave de Solo Loewe Origami.
Albahaca es uno de los ingredientes clave de Solo Loewe Origami.

Dicho y hecho: en LOEWE SOLO Origami, el toque de frescura viene dado por "un carácter español con materias primas muy españolas, como la lavanda, el geranio, la albahaca, la naranja o el limón", enumera Valeros. Esa dosis de innovación se integra en la fórmula original de Loewe Solo, una fragancia que supuso un pequeño terremoto en la perfumería masculina cuando se presentó por primera vez en 2004. "El punto de partida del primer Solo era un homenaje a la convivencia de culturas en el Toledo medieval, y de ahí salió la idea de crear un perfume que planteara un contrapunto entre notas extremas y aparentemente opuestas", recuerda Valeros. "Por eso tiene notas amaderadas, olor a acero, a turrón, a la ciudad de Toledo".

Aquel Loewe Solo se actualiza ahora con esta nueva versión, Origami, que constituye una apuesta directa por un público intergeneracional. "La vida ha evolucionado, y ahora hay mucha gente que utiliza Solo. Esta fragancia se ha hecho también pensando en ellos, en evolucionar sin perder el sello de Loewe que se refleja en las materias primas y en la calidad", explica el perfumista, que lleva años firmando hito tras hito para la casa madrileña. Esta, además, viene acompañada por una original iniciativa. En la web https://www.descubretuorigami.com/ puedes poner a prueba tus gustos para descubrir qué figura del origami serías, y recibir de paso una muestra de la fragancia.

A nivel puramente olfativo, LOEWE SOLO Origami es una fragancia transversal y tan geométrica y plural como el arte de la papiroflexia. Tiene el carácter dandy del perfume original, pero con una estructura más luminosa y ligera que la hace perfecta para el día a día y para casi cualquier ocasión. Las notas cítricas le proporcionan una apertura fresca y energética, y al cabo de unos minutos evoluciona hacia notas más profundas y nobles. Elegante sin resultar anticuada y fresca sin resultar trivial, es posiblemente la versión más versátil y fácil de llevar de la familia Loewe Solo. El diálogo entre lo español –el carácter, la frescura y la nobleza– y lo japonés –la pulcritud y limpieza de una fórmula que se reconoce de principio a fin– se refleja también en una opción de regalo muy plausible. Si el origami defiende que todas las formas del mundo pueden surgir de una hoja de papel, también son muchos los hombres que se pueden ver representados en esta fragancia que obtiene el equilibrio a partir de los opuestos. Algo muy zen, y también muy Loewe.

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