‘Todopoderosos’: El ‘podcast live’ que todo lo cambió
Cada mes, este programa reúne a sus oyentes para disfrutar de un show en vivo
Es difícil expresar con unas cuantas palabras el rostro de las personas que hacen cola el pasado jueves madrileño y frío. Su deseo no es otro que escuchar a cuatro tipos hablar. Nada más. No es nada frecuente, como comprenderán.
Esos cuatro tipos (Arturo González-Campos, Rodrigo Cortés, Javier Cansado y Juan Gómez-Jurado) no son tipos normales: tienen poderes. Son, de hecho, Todopoderosos, el adjetivo que da título al podcast que desde hace unos cuantos años viene convocando a cientos de miles de seguidores, no solo en el Espacio Fundación Telefónica donde realizan mensualmente su podcast, sino en las millones de escuchas que vienen acumulando desde aquel primer episodio el 19 de diciembre de 2014.
Pero, ¿cuáles son los orígenes de este fenómeno? "Yo dirigía, junto a Monaguillo, La Parroquia en Onda Cero. Y gracias a eso conocimos a Rodrigo, Juan y Javier. Un día quedamos a comer, como quedas a comer con mucha gente y, de repente, esa comida se convirtió en una merienda-cena hablando de cine, libros, música, cómics... Fue la primera de muchas de esas comidas-merienda-cena-desayuno", cuenta Arturo González-Campos, director de Todopoderosos. Casi al mismo tiempo de esos encuentros culturo-gastronómicos, el universo podcast empezaba a dar sus primeros pasos en España. Pronto supieron que ese era su formato: "Nos dimos cuenta de lo maravilloso que era ese medio que te permitía hacer contenidos menos generalistas. Entonces pensamos que merecía la pena grabar esas charlas por divertirnos nosotros y por si a alguien le pudiera interesar. Fui hablando con todos ellos contándoles esta posibilidad y, para mi sorpresa, todos, a pesar de las mil cosas que hacen cada día, me dijeron que sí, lo considero mi mayor éxito sentimental en la vida".
Nos prohibimos hablar del tema entre nosotros una vez hemos decidido cuál es, nos fiamos de sorprendernos en directo y de saber reaccionar a lo que trae cada uno
La grabación del primer episodio se dilató en el tiempo. Arturo siempre lo posponía por motivos laborales. Pero llegaron las croquetas que Arturo se comió con Juan y Rodrigo y una amenaza que atemorizaría a cualquiera: "Me amenazaron apuntándome con una croqueta de bacalao diciéndome: 'La semana que viene grabamos, ponte la pilas'". Así que Arturo, asustado, compró una mesa de mezclas, unos micros, el arreglo para un cocido y se juntaron para grabar el primer episodio.
Los caminos por los que alguien llega a un podcast son muy diversos. En 2014, en España, el ecosistema del podcasting no estaba tan desarrollado como lo está en la actualidad. Sin embargo, 2014 es un año clave para este tipo de formato a escala internacional con el estreno de Serial, el podcast que todo lo cambió. González-Campos, por ejemplo, empezó a escuchar podcast de casualidad: "Iba a hacer un viaje largo y necesitaba contenido descargado para pasar 20 horas en un avión. Alguien me contó que podía bajarme cosas en iVoox y empecé a explorar; fui viendo lo que había allí y, cuando bajé del avión, ya sabía que la manera de hacer radio había cambiado para siempre, que tardaría más o menos pero ese era el futuro y que tenía que formar parte de eso".
El género de los podcast conversacionales es uno de los más escuchados y que más seguidores concita. Cualquiera podría pensar que son los más sencillos de realizar, sin embargo, la estructura interna e invisible de los mismos es fundamental para que la información tenga el ritmo adecuado. Es la clásica tertulia radiofónica llevada al salón de casa, al bar de la esquina, pero sin perder un ápice de profesionalidad. "En nuestro caso, la estructura de guion es cero. Yo llevo la lista de obras del personaje que vamos a tratar y los demás ni eso. Nos prohibimos hablar del tema entre nosotros una vez hemos decidido cuál es, nos fiamos de sorprendernos en directo y de saber reaccionar a lo que trae cada uno. Aunque hay un factor que existe pero no es tangible: una tremenda generosidad en el micrófono por parte de todos. Nadie está ahí para brillar por sí mismo, todos estamos para levantar la propuesta del otro. Esa es la base de lo que hacemos y es tan bonito cómo suena, pero tan difícil de conseguir como pasa en muchos podcast que escuchas".
Pese a que Todopoderosos nació en un tiempo en el que los podcast no profesionales eran la mayoría, pronto supieron que había un elemento diferenciador y que no iban a sacrificar: "Teníamos muy claro desde el principio que ese amateurismo propio de algunos podcast no iba con nosotros, que al oyente había que ofrecerle el ritmo y el sonido que podría encontrarse en un programa de radio generalista. Por mucho que fuéramos cuatro amigos grabando en una casa, el resultado para el oyente no tenía que sonar a fiesta privada sino a programa hecho para él. Mi sensación desde el primer minuto era que ahí había unos profesionales haciendo un producto profesional, eso es lo que el oyente de podcast merece también".
Un punto de inflexión de Todopoderosos llegó cuando comenzaron a hacer el podcast live, con el público muy cerca y las risas casi en la oreja: "Para todos fue un aliciente poder hacerlo en directo y ver las reacciones al momento de la gente que estaba ahí. Aún así, tratamos siempre de no olvidar que estamos haciendo un programa de radio, por mucho que se cuelgue en Youtube, que se emita en streaming y que haya gente delante cuando lo grabamos. Si te fijas, el sonido, el tono, y la actitud es la de la radio. Si pasa algo visual se explica para los que estén escuchando".
Tuve la oportunidad de ver a Cansado, Cortés, Gómez-Jurado y González-Campos en directo un día en el que hablaban de Roald Dhal. Fueron dos horas que pasaron veloces entre risas y reflexiones. La dinámica ya instalada entre ellos cuatro es proverbial, los cuatro se dan paso con una exactitud que parece ensayada decenas de veces. Nada de eso, nada de imposturas. La clave de Todopoderosos es eso tan complicado que se llama "improvisación" (y mucha amistad, supongo).
"Poco se puede forzar de personajes tan enormes como estos tres, evidentemente son ellos mismos y se comportan y dicen lo que quieren como quieren. Es inevitable, claro, que, cada uno tenga su espacio y se haya asignado un rol en función de sus fortalezas, pero no funcionaría si no fueran ellos mismos", explica Arturo que describe a sus compañeros con palabras certeras: "Rodrigo, obviamente, es la persona que mejor cuenta las cosas que yo he conocido, y para poder contarlo hay que sabérselo muy bien antes. Rodrigo se ha visto y se ve todo el cine del mundo, lee mucho, escucha mucho, y todo pasa por esa cabeza analítica capaz de hacerlo asequible. Juan es una de las personas más inteligentes que conozco, tanto como para reírse de sí mismo sabiendo cuánto le vamos a querer después de hacerlo y para, de repente, soltarte una reflexión que te calle la boca. Y Javier es, además de una institución en el humor en España, uno de los tíos con más cultura que conozco, pero no tiene problema en aparentar lo contrario cuando eso favorece al humor; eso sí, de repente nos calla a todos la boca con un dato o una reflexión brillante y nos deja alucinados".
Sería complicado (y absurdo) querer clasificar este podcast en un género. Indudablemente, cuando se habla durante dos horas de Orson Welles, Lynch, Buñuel, Wilder, Scorsese se habla de cultura. Cuando se habla de Star Wars o de Harry Potter, ¿también? Yo creo que sí pero lo cierto es que poco importa. Uno de los grandes logros de estos podcasters es que la gente vaya al cine y lea libros. "¿Que si hacemos un podcast cultural? Pues sinceramente no tengo ni idea de lo que es un programa cultural, lo que sé es que para mí, para todos nosotros, el cine, los libros, los cómics han sido siempre una fuente de diversión, no de obligación; son cosas que nos han hecho pasar ratos inolvidables y han ido haciendo a la persona que somos ahora. Yo no sé si eso es cultura o celebración de la cultura o enaltecimiento de la cultura o equiparar la cultura y las cosas divertidas. Lo que sé es que el programa no pretende sentar cátedra sino despertar cabezas, dar la impresión de: 'Esta gente siente pasión por esto de lo que habla, voy a acercarme a ver si yo siento lo mismo y, si no, al menos sabré porqué no la siento'".
Lo único que sí sabemos es que la capacidad que tiene el cine o la literatura o los cómics para emocionarnos son reales. Y quizás algo más: que el conocimiento nos ayuda a no ir por la vida vendidos y en manos de cualquiera; nos hace, en definitiva, Todopoderosos.
Recomienda un podcast
Arturo González-Campos: Me paso el día escuchando podcast. Hay muchos que me gustan pero creo que lo que está haciendo Alex Fidalgo en su Lo que tú digas es recuperar ese tipo de radio que se había perdido, el de la entrevista sin prisas, la charla que te permite conocer al invitado más allá de los puntos básicos. Me lo paso muy bien escuchándole.
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