Franco, Franco que tiene el culo blanco
Era una buena letra para el himno de España, pero ninguna lograba henchir de emoción nuestro pechito hasta que llegó la inspiración de Marta Sánchez
¡Blanco! Pero no porque su mujer lo lavara con Ariel, sino porque, como explicaba el cómico Kaco Forns, al estar casi siempre cara al sol se le quedaba en zona umbrosa.
Yo también lo tengo níveo, piensen en dos pechugas de pollo en una bandeja y tendrán una imagen bastante exacta; tan blanco lo tengo que en el colegio, cuando se estropeaba la pantalla de las diapositivas, las proyectaban en mi culo. Venía chipén, porque así el profesor podía decir: “Para comprobar la inclinación de la torre de Pisa tomar como referencia el eje de la raja”.
(Perdonen por la digresión, aunque si son lectores asiduos de esta columna ya saben a lo que se atienen: chorradas sin fuste).
“Franco, Franco que tiene el culo… etcétera” —muy popular cuando yo era un infante— era una buena letra para el himno de España, sí, pero muy coyuntural; después llegó el “lo, lo, lo…” y alguna que otra intentona, pero ninguna lograba henchir de emoción nuestro pechito… Hasta que llegó la inspiración de Marta Sánchez.
Hay gente suspicaz que comprobando la calidad de las rimas consonantes piensa que ella no es la autora; a esa gente me gustaría recordarles la siguiente estrofa de Soldados Del Amor: "Yo más fuerte, tú más fuerte, fuerte, fuerte, todo el mundo". Esta maravilla también la sacó de su cabecita áurea, así que punto en boca.
A mí de la letra me gusta tot, pero mi parte favorita es: “Rojo, amarillo, colores que brillan en mi corazón y no pido perdón”.
Aunque yo como español si me gustaría pedir disculpas por algunas cosillas:
Por hablar a voces, perdón.
Y… bueno… solo por eso.
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