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Tentaciones

¿Por qué solo hay cuatro directoras mujeres entre las cien películas más taquilleras de la historia?

En la lista hay una sola cinta dirigida por una mujer en solitario, Patty Jenkins. También está Frozen, codirigida por Jennifer Lee junto a Chris Buck, y Matrix Reoladed, de las hermanas Wachowski.

Son muchos los récords que ha conseguido dilapidar Wonder Woman: fue número 1 en Estados Unidos durante dos semanas consecutivas, el mejor estreno de todo el verano de 2017 y el blockbuster que cuenta el origen de un superhéroe que más impacto ha tenido en el seno de la cultura popular. Pero quizás lo más importante es que se haya colado en la lista de las 100 películas más taquilleras de la historia, más concretamente en el puesto 65 con más de 820 millones de dólares.

Todo esto no tendría nada de particular si no fuera porque es prácticamente la única cinta dirigida por una mujer en solitario, Patty Jenkins, dentro de este listado de recaudación. Hay otras dos películas con sello femenino: Frozen (2013), codirigida por Jennifer Lee junto a Chris Buck y Matrix Reoladed (2003), de las hermanas Wachowski, en la posición 91, a pesar de que la filmaron antes de cambiarse de sexo.

Estos datos lo único que hacen es certificar que las grandes superproducciones de Hollywood, las que cuentan con mayores presupuestos y arrastran a un gran número de espectadores a las salas, están confeccionadas y dirigidas por hombres.

'Matrix Reloaded'.
'Matrix Reloaded'.

Parece que solo se permite que una mujer se ponga al frente de una película de gran presupuesto cuando la temática o el público al que va dirigida es supuestamente femenino. Dos ejemplos recientes: el de Catherine Hardwike en la primera parte de Crepúsculo (2008) y el de Sam Taylor-Johnson en Cincuenta sombras de Grey (2015). Dos cineastas que ya habían demostrado su enorme potencial en producciones de carácter independiente gracias a una personalidad arrolladora tras la cámara y que consiguieron adaptar dos fenómenos editoriales con tanta astucia que sus respectivas películas han terminado por quedar incrustadas en el imaginario colectivo. Las dos, tanto Crepúsculo como Cincuenta sombras de Grey, se convirtieron además en sendos acontecimientos cinematográficos, quizás de los más significativos de los últimos tiempos, generando a su alrededor un fenómeno fan, sobre todo entre el público adolescente, sin precedentes. Sin embargo, las secuelas de estas dos películas terminaron en manos de hombres.

Si seguimos explorando la lista tenemos que avanzar hasta el puesto 122 para encontrar a otra mujer, de nuevo dentro de la animación, pero esta vez en solitario, sin ningún compañero masculino. Se trata de Jennifer Yuh Nelson, responsable de Kung Fu Panda 2 (2011) y, en esta ocasión sí, también de Kung Fu Panda 3 (2016) junto a Alessandro Carloni. Más hits dentro de este género: Shrek (2001), puesto 193, dirigida por Vicky Jeson y Andrew Adamson; Brave (2012), 164, de nuevo a cargo de otro tándem mixto: Brenda Chapman (responsable además de la historia original) y Mark Andrews.

Una de las presencias más interesantes dentro de esta nómina de mujeres al frente de películas taquilleras es la de Phyllida Lloyd en el número 133 con Mamma Mia! (2008). La directora británica pasó de ser una auténtica autoridad en teatro y ópera al frente de montajes que han pasado por los mejores escenarios del mundo para terminar debutando en la dirección con esta comedia alocada que ella misma se había encargado de adaptar para Broadway.

Si echamos la vista atrás encontramos algunos célebres precedentes. A finales de los ochenta, la directora Amy Heckerking obtuvo un éxito apoteósico con dos películas: Mira quién habla (1989) y Mira quién habla también (1993). La experta en comedias románticas, Nora Ephron, después de escribir el guion de Cuando Harry encontró a Sally… (1989), consiguió el favor del público gracias al clásico instantáneo Algo para recordar (1993) y más tarde volvió a acertar reuniendo a la pareja formada por Meg Ryan y Tom Hanks en Tienes un e- Mail (1998). Hay otros nombres imprescindibles como el de Penny Marshall, responsable de Big (1988), Anne Fletcher a la que le llueven encargos de los estudios, como La proposición (2009) o Betty Thomas y su Dr. Dolittle (1998). Si cogiéramos todas las películas de Nancy Meyers, seis, entre las que se encuentran títulos como ¿En qué piensan las mujeres? (2000), e hiciéramos promedio entre ellas, llegarían a los 150 millones de dólares cada una. Es decir, más que toda la filmografía de Justin Lin, por ejemplo, que ha dirigido cuatro partes de la saga Fast and Furious y la última de Star Trek o de Rob Marshall con sus Piratas del Caribe y Chicago.

Pero lo cierto es que todas estas películas se insertan dentro de la comedia romántica “femenina”. ¿Qué ocurre con las películas de acción que supuestamente tienen un target más amplio como, por ejemplo, Guardianes de la galaxia o la nueva saga de Star Wars? ¿Por qué no podría dirigirlas una mujer?

Directoras de cine de acción

Directoras como Mimi Leder contaron con grandes presupuestos para hacer películas como la cinta de catástrofes Deep Impact (1998), pero esto no deja de suponer una excepción. Hollywood tiene claramente un problema. Sigue contribuyendo a diferenciar entre películas para chicos y para chicas, discriminando así la mirada femenina a un espacio reduccionista y contribuyendo al sexismo en la cultura de masas. Así, las películas de hombres serían para todo el mundo, y las dirigidas por mujeres, solo para mujeres.

La directora Kathryn Bigelow.
La directora Kathryn Bigelow.

En ese sentido, resulta especialmente significativo el caso de Kathryn Bigelow porque ayuda a subvertir los clichés en torno a la mirada femenina en el cine. A la directora le interesan las historias de hombres y cuando sitúa a una mujer en el centro del relato, como ocurre en La noche más oscura (2012), lo hace masculinizando sus atributos. Puede que las películas de Kathryn Bigelow no consigan grandes recaudaciones (aunque La noche más oscura llegara a la nada despreciable cifra de 95 millones de dólares solo en los Estados Unidos), su mirada se encuentra entre el mainstream y el cine de autor, con el prestigio añadido de ser la única mujer que ha ganado el Oscar a la mejor dirección en la historia de los premios.

A pesar de que en los últimos años parece que hay un mayor número de mujeres detrás de la cámara, lo cierto es que en Hollywood solo llegan al 7,3%. Para colmo, las películas que dirigen reciben mucho menos dinero para la promoción, un 63%, lo que inevitablemente conduce a una menor visibilidad.

Está claro que las reivindicaciones dentro del sector no son suficientes, porque el panorama continúa siendo desalentador. El éxito de Wonder Woman, el de Lady Bird, de Greta Gerwig y los movimientos feministas dentro de la industria deberían poner las pilas a los grandes estudios, pero lo cierto es que solo 15 de sus películas en los próximos dos años, están dirigidas por mujeres. Disney ha sido la más proactiva al respecto: encargó a Ava Duvernay la cinta de fantasía Un pliegue en el tiempo, protagonizada por Reese Whiterspoon y Ophra Winfrey, a Nicki Caro la versión en acción real de Mulan, con un presupuesto de más de 100 millones de dólares y, por último, Capitán Marvel, prevista para 2019 estará codirigida por Ryan Fleck y su guionista habitual, Anna Boden. Por último, como no podía ser de otra manera, Gal Gadot volverá a encontrarse con Patty Jenkins en Wonder Woman 2.

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