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El éxito de Amaia en ‘Operación Triunfo’ no es una casualidad

Perteneciente a una familia de gran afición a la música, el conservatorio de Pamplona ha sido el segundo hogar de la cantante

Amaia Romero, durante un programa de 'Operación Triunfo'.
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Amaia Romero, la joven pamplonesa convertida en fenómeno nacional por su participación en Operación Triunfo, no es fruto de la casualidad o una popularidad ganada por su naturalidad durante la vida diaria de la Academia, que se puede seguir en un canal 24 horas que mantiene pegadas a la televisión a sus dos abuelas a las que la familia reconoce que tienen que obligar a salir de casa. Con 19 años cumplidos este mes de enero, nació en una familia con una larga relación con la música. Su tío Joaquín Romero ha sido el gerente durante más de ocho años del Orfeón Pamplonés, una masa coral centenaria que bajo su gestión ha viajado por todo el mundo. Javiera Arbizu, su madre, cursó piano y flauta travesera antes de dedicarse a la enfermería mientras que una de sus tías maternas, Carmen, ocupa la cátedra de canto en el Conservatorio Superior de Navarra. Un centro que ha sido prácticamente el segundo hogar de Amaia. Allí cursa los estudios superiores de piano, uno de los varios instrumentos que toca.

Habilidad al piano ya mostró en 2012, cuando sus profesores la eligieron para representar al alumnado en una visita de los entonces príncipes de Asturias al centro. Entonces, con 13 años, tocó un vals en La menor de Chopin y conversó un rato con don Felipe y doña Letizia con la misma naturalidad que muestra en el concurso. “Amaia aparece en la tele tal y como es”, confiesa Raquel Aramendía, amiga desde la infancia. Describe a Amaia como “activa, sencilla y humilde”. Defiende su escasa participación en redes sociales a que “le tiene que dar palo” dirigirse a admiradores que no conoce. “Me la imagino con cara de ‘yo qué pongo aquí’ frente a la pantalla”, cuenta. Redes sociales que también se han convertido en un inconveniente para Amaia Arboniés, compañera de conservatorio, que relata que ha dejado de hablar del concurso “porque la gente interpreta mal cualquier cosa” referente a OT. “Me han llegado mensajes de muerte y destrucción”, ironiza. Tanto Aramendía como Arboniés se muestran muy orgullosas de su amiga, con la que comparten pasión por la música, y confiesan que no pierden detalle del concurso aunque antes no seguían este tipo de programas. Lo que más les preocupa es qué ocurrirá cuando su amiga salga del talent show. “Va a cambiarle la vida, aunque su esencia se mantendrá intacta”, pronostica Arboniés, que considera que en su ciudad “estará para su gente aunque venga de gira o grabaciones”. Por su parte, Aramendía cree que “Amaia no se va a quedar en Pamplona” y teme no poder retomar sus actividades habituales juntas; “porque ahora ella será famosa”. Reconoce su miedo a “no poder ir por la calle tranquilas” cuando su amiga salga de la Academia. “Pero no creo que la fama se le suba a la cabeza”, advierte.

Amaia Romero y Rosa López, en el programa de Navidad de 'Operación Triunfo'.
Amaia Romero y Rosa López, en el programa de Navidad de 'Operación Triunfo'.gtresonline

Pero un síntoma de que nada será igual es que poco después de que el jurado del concurso se quedara casi sin palabras con su interpretación de Shake It Out, de Florence and the Machine, un grupo de usuarios de Twitter lanzaba una campaña de adhesiones para que Amaia lance el chupinazo que arranca cada año las fiestas de Pamplona. Desde 2016 se elige mediante votación popular la persona o colectivo que enciende la mecha, al igual que ocurrirá para decidir quién gana el concurso.

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