Concesión de becas
Estamos en el ecuador del curso académico universitario, en medio de la jauría de exámenes, y una de las máximas preocupaciones de los estudiantes es la de aprobar las materias, a poder ser con buena nota, para continuar obteniendo una valiosa beca que les permita seguir adelante con los estudios. Beca que, a día de hoy, todavía no ha sido resuelta para una más que considerable parte de los estudiantes. Es decir, a la presión deshumanizada que ejerce jugarse el trabajo de un semestre en un día, hay que añadir otra paralelamente sustancial que condiciona el ánimo y la moral: “Si no me dan la beca este año, ¿cómo pagaré la matrícula de 1.500 euros, el alquiler (vivo a 200 kilómetros de casa), la luz, el agua, el transporte, etcétera? El año pasado lo aprobé todo, no tengo malas notas pero, aun así, no sé si según los criterios del Estado merezco estar estudiando”. ¿Realmente es propio de una democracia europea avanzada, que apuesta por su educación como herramienta de mejora de la sociedad, perjudicar a sus estudiantes de este modo?— Cristian Villena Alemany. Beniflá (Valencia).
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