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Tentaciones
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Tommy Cash, el rapero que quiere ser el Kanye West de Estonia

El artista conocido por sus vídeos surrealistas y sus bailes alienígenas estará de gira por España en febrero

Con un marcado acento ruso, Tommy Cash se reafirma en sus intenciones. “Quiero ser el Kanye West de Estonia”. Incluso ha llegado a bordar camisetas con su proclama. El rapero que habla al otro lado del teléfono solo tiene 25 años, un bigote tan fino que roza lo ridículo y las cosas muy claras. "Definitivamente, siempre he sabido que sería un artista. Todas las cosas que he hecho han estado relacionadas con la música. Y de no ser así, creo que hubiese sido artista callejero, como Banksy".

Tommy Cash es este gopnik excéntrico que promete canciones a cambio de likes, sabiendo que ha acumulado tantos seguidores en los últimos años por su dicción soviética y sus bailes alienígenas que sería físicamente imposible. "Les debo 15.000 álbumes", calcula entre risas este MC de Tallin, por el que muchos incluso se han tatuado el símbolo del dólar. Pero Cash no nació en un laboratorio ni es un alienígena, como cuenta en sus canciones. Creció en los 90, en un barrio pequeño y pobre en el extrarradio, dominado por los rusos. Y todos esos estereotipos, el choque de su cultura frente al imaginario yanqui, así como los deseos de evasión, están presentes en todas sus letras. "Siempre son muy irónicas porque la vida es muy irónica y no me la tomo muy en serio", apunta. "Me gustaría enumerar todas las cosas que me inspiran, pero mis canciones son todas diferentes, son el resultado de un momento".

Cash siempre ha sido el rarito del barrio, el chico solitario que encontró su vía de escape en el baile. Con solo 15 años se metió en clases de hip hop y mejoró su técnica "viendo vídeos de YouTube, para encontrar mi estilo definitivo". Un estilo provocativo y demente que a menudo comparan con Die Antwoord. "No me molesta porque con el tiempo se darán cuenta de que me parezco cada vez menos", confiesa. Sus referentes son mucho más dispares: "Kanye West, Jimmi Hendrix o Marina Abramović". El disco del americano, Graduation, le cambió la vida, y ese el objetivo que se marca con cada tema. "Quiero que sean felices, hacerles la vida mejor. Sacarlos de su mundo y hacerles sentir algo es mi mayor objetivo".

Aunque no sabe cuando verá la luz su próximo álbum, la evolución es evidente en sus videoclips. El escenario marginal, la estética plomiza y los simbolismos que dio a conocer en Gez whoz bak o Euroz dollaz yeniz han derivado en un universo arty bañado con una pátina pastel. Porque al hablar de su trabajo, lo audiovisual pesa tanto o más. "Hacer canciones es mucho más fácil y rápido, pero en los videoclips tienes que cuidar todos los detalles. Es un trabajo muy duro, pero nunca te vas a olvidar de él. Es para siempre". Y sabe de lo que habla.

Por culpa de Winaloto es fácil visualizar a un sádico Tommy Cash azotando traseros como si fueran bongos. Tampoco nos lo sacaremos de la cabeza con su indumentaria de boy scout, sodomizando un globo terráqueo en Surf. Y eso, en el mejor de los casos. Porque cuando uno se aproxima a su trabajo, no sabe si sentir admiración o sentirse culpable. Como consigue pasar la censura es un misterio. "El sexo está en todas partes. Surf es mi vídeo más sexual porque para rodarlo dejé de tener sexo y después lo veía en todas partes. Para mí, el sexo es como la vida y la muerte".

Cash también es consciente del auge de la cultura postsoviética, pero él no podría ser acusado de apropiación cultural porque está en sus raices. "Esta etapa sirvió para abrirle los ojos a mucha gente, y fue muy importante para las personas del extrarradio, para toda esa gente que estaba fuera del mercado. En cambio, en los últimos años parece que todo esto se resume en moda y en ropa fea", explica. Porque el chándal también es su uniforme habitual, pero este peculiar crooner prefiere reivindicar figuras como Anne Veski, una especie de Cecilia estona. "Es una cantante pop de los noventa de Estonia. Si la buscas en Youtube pensarás: ¿qué diablos es esto? Pero para mí es muy cool. Fue muy grande durante el periodo soviético, y es mi forma, un tanto cómica, de representar la gente de Europa del Este".

Tommy Cash actúa el 23 de febrero en Madrid (Cha Chá The Club) y el 24 de febrero en Barcelona (La [2] de Apolo).

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