Nuevos códigos para los armarios masculinos
Las firmas de lujo apuestan por colecciones cápsulas con ‘bombers’ y zapatillas
La veterana firma de moda masculina Ermenegildo Zegna ha sido la última en dejarse seducir por los encantos del streetwear. La marca italiana introducirá este febrero su nueva colección XXX Couture, un conjunto de prendas funcionales que buscan mostrar el lado más “cool, joven y energético” de la marca. Es lo que el director creativo de la firma, Alessandro Sartori, llama “el nuevo léxico de la moda”, a la combinación de la sastrería con prendas sport. Y es que aunque el traje chaqueta todavía seduce, Sartori confirma que “el estilo de los hombres hoy es más relajado y quieren más libertad para poder ser más creativos”. Para ello ha desarrollado esta colección cápsula que incluye deportivas, bombers y camisetas que buscan expandir el universo de Zegna hacia nuevas perspectivas: “La innovación va muy deprisa: el tratamiento de materiales súper nobles de forma moderna y tecnológica, la combinación de piezas para crear una nueva silueta y la unión de contrastes, abren la puerta a un nuevo territorio”, explica Sartori a este periódico.
El director creativo desde febrero de 2016 de la marca de moda masculina más grande del mundo conoce muy bien a sus clientes y no es ajeno a la fiebre que dentro de la moda masculina está causando la ropa de inspiración deportiva: “Actualmente todo cambia en un segundo y pienso que las marcas, especialmente las grandes, para estar totalmente en sincronía con el momento, deben ser rápidas”, explica. Y prosigue: “En el pasado había la percepción de que alguien joven debía vestir de una manera y alguien mayor de otra. Pero yo quiero crear prendas que gusten a todas las edades y a todo tipo de nacionalidades. Actualmente la gente prefiere comprar menos prendas que puedan mezclar de una forma mucho más libre y fresca en su armario; combinando sastrería con prendas sport, deportivas con chaquetas de noche, blazers clásicos con pantalones de deporte. Este es el nuevo código de vestir. Y creo que hoy los accesorios ya no son algo independiente, sino una parte esencial para crear siluetas”.
Zegna se suma así a otras marcas que han sucumbido al poder de atracción que genera streetwear, prendas de inspiración deportiva con cuidados diseños en edición limitada que gracias a firmas como Supreme, Vétements o Off-White han adquirido categoría de culto. “El streetwear es una macro-tendencia en todas las geografías que representa una forma de estar y que trasciende generaciones”, explicaba Federica Levato de la consultora Bain&Company a The Business of Fashion. “Creemos que tiene que ver con como la gente vive su vida y le gusta vestir”, añadía.
Impulsado por las redes sociales y los millennials que renuncian a cualquier tipo de etiqueta a la hora de vestir, este fenómeno por la ropa casual de ediciones limitadas representa una nueva forma de entender el lujo que las casas de toda la vida se han visto obligadas a prestar atención. “Se está convirtiendo en todo un fenómeno cultural”, explicaba Kelly Wong, directora de moda de los almacenes de lujo Lane Crawford a la publicación South China Morning Post: “Con la creciente importancia de los medios sociales y el culto a las celebridades, el streetwear se ha extendido como la pólvora. Todo el mundo quiere una pieza. La edición limitada, el 'cómpralo ahora o desaparecerá', ha creado una sensación de urgencia en los consumidores”.
Supreme, una firma de culto fundada en los años noventa por James Jebbia que hasta hace unos pocos años solo se conocía en circuitos alternativos, ha sido la gran responsable de generar un asombroso fenómeno fan que ha cambiado la forma de vender (y generar deseo) con la ropa masculina. Con atención al detalle, colaboraciones arty con Damien Hirst, Larry Clark o Richard Prince, precios asequibles y ediciones limitadas, sus prendas se agotan en segundos y pueden triplicar su precio en el mercado de segunda mano. Apodado el Chanel del Streetwear por Vogue, Supreme ha salido en 2017 de su zona de confort. Lo ha hecho con una mediática colaboración con la firma de lujo Louis Vuitton. También con la entrada al selecto club de las compañías valoradas en más de un millón de dólares. La cifra se dio a conocer después de que Carlyle, uno de los mayores gestores de fondos del mundo, se hiciera con una participación minoritaria de la empresa el pasado mes de octubre. Parece que le queda larga vida al streetwear, dispuesto a seguir revolucionando los códigos de vestir masculinos.
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