_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Turquía retrógrada

La defensa del matrimonio infantil por la Dirección de Asuntos Religiosos enciende las alarmas

Jóvenes de compras, en una calle comercial de Turquía.
Jóvenes de compras, en una calle comercial de Turquía.GETTY IMAGES

La deriva autoritaria que vive Turquía desde que accedió al poder el partido islamista del presidente Recep Tayyip Erdogan ha tenido en los últimos días un nuevo e inquietante episodio: la Dirección de Asuntos Religiosos (Diyanet), la autoridad que gestiona la vida religiosa del país, ha defendido que las niñas puedan casarse a los nueve años y los niños a los doce.

Esta involución teocrática amenaza ahora con alcanzar a uno de los principios de la república laica, la prohibición del matrimonio infantil. La ley establece en 18 años la edad mínima para casarse y permite uniones a partir de los 16 con autorización de un juez.

Aunque la declaración de Diyanet fue retirada a la vista de las reacciones y el Gobierno ha desmentido que proyecte cambios legales, muchos observadores lo han considerado un globo sonda destinado a evaluar la resistencia que encontraría permitir el matrimonio infantil, algo que una parte de la doctrina islámica no solo tolera sino que alienta. Sería un nuevo e intolerable paso atrás por parte de un Estado cada vez más dominado por la estructura religiosa.

Haz que tu opinión importe, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

En 2008 Diyanet declaró inmoral el feminismo y hace dos años sostuvo que “no es necesariamente pecado que un padre tenga deseos lujuriosos por su hija”. Recientemente se cambió la ley para rebajar las penas a los adultos que tuvieran relaciones sexuales con menores de 15 años y se llegó a presentar un proyecto de ley, que la oposición logró frenar, por el que el violador de una menor podía eludir la cárcel si se casaba con ella.

El matrimonio infantil es una lacra que aboca a muchas niñas al abuso sexual, les impide el acceso a la educación y las condena a una vida de dependencia y sumisión. Es de esperar que la sociedad laica turca tenga la vitalidad suficiente para detener la erosión democrática y la involución que alienta el proyecto político de Erdogan.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_