El lujoso tren de la presidenta de una asociación solidaria
Dimite el secretario de Estado de Salud que cobró 60.000 euros como asesor
Todo comenzó por cuatro vestidos de lentejuelas y una sesión de spade 400 euros. La sociedad portuguesa asiste asombrada al descubrimiento de la vida de lujo de la presidenta de Rarísimas, una asociación dedicada a ayudar a personas con enfermedades extrañas. Ya ha caído un secretario de Estado y un ministro se tambalea por donar millones a la asociación y no fiscalizar el dinero. Su ignorancia le va a salvar la silla.
Madre de un niño con una enfermedad degenerativa, Paula Brito e Costa creó en 2002 la asociación no lucrativa Rarísimas para ayudar a personas con enfermedades de difíciles y caros tratamientos. De la nada edificó una institución elogiada por todos y adonde llegaban montones de dinero de todas partes. Las primeras personalidades del país ocupaban cargos honoríficos, y no tanto, en Rarísimas. Reinas y personalidades extranjeras eran paseadas por tan modélica asociación.
Sin embargo, la vida de la antigua quiosquera devenida en presidenta y doctora de Rarísimas distaba mucho de ser lo ejemplarizante que debiera, según ha sacado a la luz la televisión TVI. Su presidenta disfrutaba de unos rendimientos mensuales en torno a los 6.000 euros. La presidenta puede ser acusada del delito de abuso de confianza por descubrirse que pasaba gastos del spa, la cesta de la compra, vestidos, viajes a Nueva York y Brasil, además de emplear a su marido y a su hijo, quien iba a heredar la asociación, según había declarado.
El ministro de Seguridad Social, que ha dado millones a la asociación, dice que no sabía nada y que tiene la conciencia tranquila; el secretario de Estado de Salud, que recibió de la asociación 60.000 euros como asesor, tampoco sabía nada, y las imágenes que le muestran abrazado a la presidenta en una playa brasileña son una intromisión en su vida privada. Al final ha tenido que dimitir.
La presidenta de Rarísimas ya es expresidenta, pero sigue de directora general mientras no le paguen una indemnización por despido y el paro; además, pide al país una disculpa por todo el bien que ha hecho.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.