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Jordi Cruz: “Tengo la misma enfermedad que mi padre: no sé sentir”

El famoso cocinero se confiesa en el programa de Risto Mejide, donde la alpinista Edurne Pasaban habló sin tapujos de su depresión y sus intentos de suicidio

El cocinero Jordi Cruz durante la presentación de la segunda temporada del programa `Masterchef Celebrity'.
El cocinero Jordi Cruz durante la presentación de la segunda temporada del programa `Masterchef Celebrity'.GTRESOLINE
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Los programas cercanos, en los que entrevistado y entrevistador dejan volar los sentidos van ganando puestos y adeptos entre los espectadores. El último programa de Chester no ha sido una excepción porque ha desvelado aspectos desconocidos de dos figuras de la actualidad española: Jordi Cruz, cocinero tres estrellas Michelin y jurado de Master Chef, y la alpinista Edurne Pasaban.

Jordi Cruz soñador confeso, mal estudiante y esforzado profesional, volcado al cien por cien en su profesión se lanzó al ruedo y no dudó en desvelar su talón de Aquiles: “Soy de silicona. Tengo la misma enfermedad que tenía mi padre: no saber sentir. Es un hecho, mi padre nunca me dijo te quiero, ni yo a él.

El reconocido cocinero contó que su padre trabajó muy duro desde los 12 años en una fábrica y que tenía tendencia a estar enfadado. “Si alguna vez he rezado, lo hice para poder decirle te quiero a mi padre antes de morir. El día que murió de alzheimer, pude mirar a esos ojos en los que no había nada y entonces pude decir te quiero a mi padre. Me quería mucho, pero… A mí me gusta mucho achuchar, pero me cuesta hacerlo. No quería repetir las carencias de mi padre”.

Ni la carpeta con recortes sobre cada paso de su carrera que guardaba una de sus hermanas, hizo flaquear al cocinero más duro de la tele. Aunque se mostró enfadado cuando se hizo referencia a la época en la que le tildaron de explotador de becarios: “Eso es mentira”, dijo Cruz, “y me duele porque hace daño a otros que me quieren”.

La alpinista Edurne Pasaban en mayo de este año con su hijo Max en brazos y al lado de Carlo Correia.
La alpinista Edurne Pasaban en mayo de este año con su hijo Max en brazos y al lado de Carlo Correia.GTRESONLINE

Después llegó el turno de Edurne Pasaban, la apinista española que ha conseguido ser la primera mujer en la historia en ascender a los 14 ochomiles que existen en el mundo. Y ahí las lágrimas de una deportista de élite curtida en la montaña, desmontaron mitos: “Bajé del K-2 y empezó una etapa dura que desembocó en una depresión complicada”, empezó diciendo Pasaban. “Sufrimos congelaciones, nos recuperamos, volví en 2005 al Himalaya y a finales de ese año comienzo a perder la motivación. Mis amigas tenían una vida encaminada, un trabajo fijo, se empezaban a casar, a tener hijos. Intenté quitarme la vida un par de veces. En 2006, de los doce meses del año, estuve cuatro ingresada en un hospital. He visto la muerte más cerca en la vida real que en la montaña”.

Interrogada sobre lo que siente una persona que llega a tomar la decisión de quitarse la vida, esta fue su explicación: “No controlas. Cuando tu ansiedad y tu dolor son tan grandes solo ves lo malo. Ese dolor que te está matando, te hace actuar de una manera que no controlas. Mi propio médico decía que no entendía que una persona que tiene el valor de subir ahí arriba, no lo tuviera para vivir aquí. Ahora sé reconocerlo y no le temo, porque si pasa sabes que no estás bien y sabes que hay que tomar medidas”.

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