Esa gente

Parece que los fans de la cantante Taylor Swift están comentando las fotos de Instagram de Kim Kardashian con emojis de ratas. Un nuevo capítulo en la batalla entre dos iconos pop de este siglo. Sospecho que, en breve, “la atacada” aprovechará el enfado para convertir al animalillo en un kimoji, su versión de estos emoticonos, y seguirá haciendo caja.

Leo también que Beyoncé cambia de correo electrónico cada semana. Que Ana Boyer y Fernando Verdasco se casan hoy en una isla del Caribe. Los invitados solo tienen que pagar el billete de avión, el resto, imagino, se financia con la exclusiva del día siguiente. Que la hija recién nacida de Cristiano Ronaldo ya viste de Dolce&Gabbana. Y que Selena Gomez ha privatizado por unas horas su cuenta de Instagram, la gallina de oro de esta red social.

Consumo estos contenidos desde el placer culpable y la condición de voyeur que me da Internet (excepto para Google, el ojo que todo lo ve). Y lo hago hasta que uno de estos personajes hace algo que le desposee de toda fruslería. Por ejemplo, denunciar el abuso y el acoso sexual y abrir una puerta para que el resto de los mortales desconocidos nos atrevamos a alzar la voz. La revista Time ha reunido a todas las personas que durante 2017 decidieron no callarse ante esta lacra sexista y las ha convertido en los personajes del año. En el momento que la publicación lanza el tuit de alerta se me pasan los prejuicios y las vergüenzas. Entonces dejo que en mi pequeña burbuja social aparezca la cara de toda esa gente que me acompaña en la intimidad viral.