50 estupideces que todos hemos dicho después de ver una película
Todos llevamos un crítico de cine y nos encanta caer en lugares comunes que en realidad no aportan gran cosa
Todos llevamos un crítico dentro. Críticos de todo lo que se nos pone por delante: deportes, política, gastronomía, música… La cultura recibe buenos varapalos aquí y allá por mentes no siempre documentadas, pero el medio audiovisual, con el auge de las series, el nuevo opio del pueblo, se lleva la palma a la hora de reunir a expertos en la materia en las redes sociales. Internet es el eco multiplicado de las frases repelentes, mil veces dichas, que solemos escuchar a la salida de la sala de exhibición, o en el sofá de casa. Toca centrarse en el circuito de exhibición comercial, el mismo que nos ofrece una cartelera cada vez más insustancial. Muchas veces somos nosotros mismos, por inercia, los pedantes de turno.
La fuerza de la costumbre nos lleva a tirar de lugares comunes y lanzar sin rechistar obviedades que dan repelús como “ES MALA PERO TE RÍES”, aplicable a la mayoría de comedias americanas que nos venden en lote, algunas adscritas al reivindicable (sub)género del humor involuntario, como 50 sombras de Grey.
La risa nacional tampoco se queda corta, “ES UNA TONTERÍA PARA PASAR UN BUEN RATO”, se oye muchas veces en corrillos post-coito retinal. Efectivamente, quemas el tedio con cuatro risas cómplices pero la película que sí, copada generalmente por actores que triunfan en la televisión, “SE OLVIDA CUANDO SALES DEL CINE”.
Y a otra cosa mariposa. Aunque sea un tostón no pasa nada si es “BONITA DE VER”. “LA FOTO ESTÁ BIEN”, un clásico absoluto en esto del palabrerío cinéfilo de manual, seguido de “Los actores trabajan bien”. A veces “ÉL ESTÁ BIEN”, otras “ELLA ESTÁ BIEN”, dependiendo del artista que vaya uno a ver. El mayor reclamo de un lanzamiento sigue siendo el reparto. Rostros famosos lucen contra viento y marea en el cartel del filme, aunque estéticamente sea un despropósito, para llamar la atención del espectador despistado.
“LOS ACTORES ESTÁN FATAL, NO LES ENTIENDES AL VOCALIZAR" es otra frase desgastada cuando se critica el cine español. Estamos acostumbrados al doblaje, a unas dicciones y entonaciones poco naturales, pero lo artificial pasa a ser más real a nuestros oídos, razón por la cual algunos nombres del cine made in USA que actúan como una lenta tortura psicológica son ensalzados por la masa (crítica cuando quiere). La difusión de la versión original subtitulada más allá del entorno cinéfilo gracias a las descargas y la efervescencia de las plataformas de pago (todo cuesta, aunque creamos que no, pero esa es otra historia), ha desenmascarado a algunos farsantes foráneos de la interpretación cuyo histrionismo mal llevado suele ser tapado por los excelentes profesionales del doblaje nacional, otro tópico extendido entre el personal (tranquilos, no van a quedarse sin trabajo y no paran de abrir y cerrar escuelas de idiomas).
Poner a caer de un burro una película es un deporte activo, un pasatiempos para el cual no hay que tener estudios. “OTRA PELÍCULA ESPAÑOLA DE LA GUERRA CIVIL”, se dice mucho, aunque en realidad hay muy pocas. Cuidado con la memoria histórica, que para eso ya está la televisión con pelotazos como Velvet. ¿Cuántas nos tragamos al año sobre Vietnam o alguna Guerra Mundial? Si repasamos la historia del séptimo arte realizado por estos pagos en los últimos tiempos podemos contar los títulos con la Guerra Civil como escenario con los dedos de los pies y las manos. Y quizás nos sobren. Es más, algunos son de lo mejor que ha dado nuestro cine.
“PARECE TEATRO” es otra máxima recurrente en cuanto hay muchos diálogos y pocas localizaciones. El cine independiente, de bajo presupuesto, lo tiene chungo aquí.
“SI NO SE ESTRENA ES QUE ES MALA” se enfrenta a “SI HACE TAQUILLA ES QUE ES BUENA”, dos idioteces mayúsculas que definen cómo anda el patio a la hora de entender cómo funcionan las cosas en el sector.
“ES MUY LENTA” está en los altos puestos del ranking de verborrea desgastada, como “LE SOBRA MEDIA HORA” o “UN POCO LARGA”. Las películas orientales están perdidas a la hora de hablar de ritmo, incluyendo las obras maestras. Es duro aceptar que lo que tarda realmente en echar a andar puede ser nuestra propia mente, incapaz de reflexionar sobre la marcha si no es estimulada adecuadamente con explosiones y dramas al límite.
Queremos sensaciones primarias que alimenten nuestro instinto como gran público, porque “ESPERABA MÁS POR EL TRÁILER”.
“LO MEJOR YA ESTABA EN EL TRÁILER”, “ME ESPERABA OTRA COSA”, “NO VALE EL PRECIO DE LA ENTRADA” o “SI LA VES EN CASA TAMPOCO PASA NADA” arrasan en nuestro inconsciente. La memoria colectiva es lo que tiene.
En el otro lado, “NO LA HE ENTENDIDO, PERO ME ENCANTA”, una excusa barata para encubrir que tiene que gustarte porque así lo dicen los popes del “MUY LYNCH”, a los que suele gustarles decir “UN TRUÑO COMO UN PUÑO”, pura poesía en boca de todo cinéfilo que se precie, o en un tuit de un hater.
“CREÍA QUE ME IBA A REÍR MÁS”, “NO ME LA CREO” o “ESTÁ MEJOR EL LIBRO” (que probablemente no se ha leído, vale también para cómic), son tres ases en la manga perfectamente utilizables en caso de apuro cinéfago, porque hay que ver de todo.
“LA PRIMERA ESTÁ MEJOR”, a propósito de algún remake o entrega de franquicias, da un subidón tremendo. Los críticos de andar por casa saben qué decir cuando no tienen nada que decir: “NO HAS ENTENDIDO NADA” o "NO HEMOS VISTO LA MISMA PELÍCULA". Cuatro palabras rotundas que pueden dejar K.O. al contrincante si no está muy ducho en la materia.
Soltar "ESTÁ MAL RODADA" a una película sin medios o “ME LA VI BAJADA, YA SABÍA QUE SERÍA UNA MIERDA” porque “SE AJUSTA A LOS PARÁMETROS DEL CINE COMERCIAL” son frases adecuadas para sembrar de lógica una conversación entre adictos a puntuar películas en páginas web.
En Facebook queda bien un “ME HE DORMIDO”, epatando a la peña. “ME HAN FALTADO ESCENAS DE ACCIÓN” es otra maniobra reiterada en la cual se puede cambiar la última palabra por sexo, sangre, amor…
“A MÍ ES QUE LA FANTASÍA ME GUSTA”, suele decir esa misma persona coherente que no entra ni a tiros a ver cine social.
“EMPIEZA BIEN, PERO LA CAGA”, “ES UN CORTO ALARGADO”, “ES UN POCO RARA, ¿NO?”, “NO ES PARA TODO EL MUNDO”, “EL FINAL ES UNA MIERDA” y “NO HAY POR DÓNDE COGERLA” funcionan de maravilla en el entorno adecuado.
"ME DA IGUAL LO QUE DIGAS, YO VOY AL CINE A DIVERTIRME”, calla bocas. Y hay una etiqueta odiosa de veras que da para un artículo: “PARECE ESPAÑOLA”.
Aunque las más popularmente aceptadas al salir de la proyección son “¿Y AHORA QUÉ HACEMOS?”, “¿DÓNDE TOMAMOS ALGO?", “LA PRÓXIMA LA ELIJO YO” o la masticada “ESPÉRAME AQUÍ UN RATO QUE LLEVO TODA LA PELÍCULA MEÁNDOME”.
Bendita prosa.
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