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Tentaciones

Fui al programa de Risto para conocer a Fernando Arrabal (Parte 2)

Pusieron el vídeo del "milenarismo" y se armó grande en el plató. Fue un follón digno de una junta de vecinos

Continúa la historia que comenzó aquí.

"Empieza a divagar y a hablar de Dalí, de Warhol de dadaísmo de Jodorowsky. La cosa no parece ir mal, nadie se esperaba que respondiese con una frase simple"

Después de asignarnos un asiento nos sacan otra vez para hacer el paripé de grabar como nos sentamos, tengo cerca a Ylenya y también a un grupo de señoras que empieza a hablar de ella a solo dos metros de distancia, criticándola y tapándose la boca con la mano, como si su mano fuera de una aleación de acero y hormigón que impide traspasar cualquier tipo de sonido. Dicen: “Qué flaca está”, “parece algo en la tele”, “ese pelo son extensiones”, “esos labios no son suyos”… Ella es víctima de el efecto “tú te expones”; parece ser que cuando sales en “algo público” la gente cree que ya eres como de su propiedad, de repente son tus 'dueños' porque “vives de nosotros” y “si no te vemos no ganas dinero”.

Así que como dueños, y años después la abolición de la esclavitud, atacan al famoso expuesto del que son dueños para que pese, mida y tenga sus labios naturales que les gustan a sus amos. Esa condena a la cirugía en España… Nadie te recrimina que te arregles la dentadura y te pongas aparato porque no te gustan tus dientes pero como te operes otra parte de el cuerpo te dirán: ¡Esas no son tus testas!. Mira, viva la cirugía y ojalá hubiera implantes reales de hormigón y acero en las manos de la gente.

El artista Bolo Blas en su habitación, con obras suyas dedicadas a Arrabal.
El artista Bolo Blas en su habitación, con obras suyas dedicadas a Arrabal.

Bueno, me lío, entramos, salimos y volvemos a entrar y por fin, entra Arrabal a plató, le tengo al fin enfrente, es muy chiquinino, y muy delgado… Empiezo a parecer una de esas señoras de las manos blindadas… A ver, entra y nos mira, no se sienta en el sofá, no consiguen que se siente. De una pantalla gigante sale una voz que le pregunta: “¿Quién es Fernando Arrabal?”. Una pregunta simple que él no parece querer contestar. Empieza a divagar y a hablar de Dalí, de Warhol de dadaísmo de Jodorowsky. La cosa no parece ir mal, nadie se esperaba que respondiese con una frase simple.  Pero quizás tampoco con un monologo de 20 minutos.

Risto aparece para intentar que el programa siga un orden, en la tele en nuestros tiempos todo tiene que ir rápido y previsiblemente imprevisible. Que nadie se pierda, la tele tiene que ser fácil y entretener fácil. Se sientan (al fin) y tras unos minutos de buen rollo, llega el momento, no mi momento, el momento de "el milenarismo, la minoría silenciosa". Ese video que nos hace tanta gracia, que hizo que Arrabal y el “déjamehablar” fueran el primer meme español, ese video de hace 30 años que como era de esperar, como era lo único esperable, Arrabal odia.

"Se sientan (al fin) y tras unos minutos de buen rollo, llega el momento, no mi momento, el momento de "el milenarismo, la minoría silenciosa". Ese video que nos hace tanta gracia"

Es normal que que te hablen de lo mismo cada vez que vienes a la tele española te chirríe 30 años después, es normal que te haga sentir un poco Steve Urkel con el “¿he sido yo?”, que nadie quiere ser la víctima perpetua de haberse pillado un ciego hace ya treinta años, la resaca más larga del mundo. Tras unas cuantas quejas amables del propio Arrabal a Risto aparece el que fue el culmen: entra en plató Fernando Sanchez Dragó. Criticando lo que él mismo ha venido a hacer, criticando que se hable de lo mismo mientras él ha venido a hablar de lo mismo. Y el plató se convierte en una especie de pelea de junta de vecinos, donde todo el mundo se tira dardos con sonrisas, porque saben que aunque no quieran se van a tener que cruzar las caras por los pasillos unas cuantas veces mas.

Pero la junta de vecinos dura relativamente poco, Risto dice que no aguanta los ataques, se levanta y dice que el programa a terminado. A diez minutos de mi aparición estelar, de que tras los mails, las fotos y estar a unos diez metros de conocer a mi meme. Mi ídolo de internet y yo íbamos a poder hablar, a saber de qué, pero hablar. Me iba a pasar el testigo en falso directo, me iba a dar sus bendiciones, darme like. Iba a ser todo tan forzado como el cambio de madres en el príncipe de Bell Air. Pero qué mas dá, ya había dejado mi alma y mi integridad en la puerta ya quería cagarla por completo, hasta los calcetines… pero nada, Arrabal se fue y yo me sentí como aquellas fans de Take That, tan cerca y a la vez tan lejos.

Ellos tres salen de el plató mosqueaos y después nos sacan a mi y a Ylenia, que dice la mejor frase de la tarde: “Y luego dicen que soy yo la dramática…”. De repente ella, que yo ni sabia que iba a estar ahí, que había aguantado las criticas de las señoras sin cambiar el gesto de la cara (yo habría llorado y llamado a mi madre, la verdad), ella que ni fú ni fa. Era lo mas cuerdo, lo mas majo y lo mas normal de el grupete que habían juntado, ese consejo de sabios, ella es la sorpresa, viva Ylenia.

En fin, otra vez me cruzo con Fernando Arrabal, cada vez mas cerca, pero el momento de conocernos se aplaza sin fecha.

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