La hora del chándal, la bata de seda, los vaqueros grandes y los trajes aún más grandes
Hemos estado en los desfiles más extremos de la temporada y hemos regresado con pistas inesperadas para vestir bien en 2018
¿Abrigo largo? No, larguísimo
Vaya por delante que este consejo solo es aplicable a hombres que puedan considerarse como "altos". En una persona de menos de 170 cm, el efecto Matrix se convierte en efecto fraile. En cualquier caso, este abrigo de Ana Locking bien merece correr el riesgo. Fíjese en la longitud: un abrigo clásico suele llegar hasta la rodilla como máximo, pero este rebasa esa medida olímpicamente. También vale la pena echar un vistazo a su botonadura, más baja de lo habitual, y a las solapas en pico inspiradas en la chaqueta de esmoquin. El resto es medida justa: ni demasiado ancho ni demasiado estrecho, con los hombros en su sitio y sin más bolsillos de los estrictamente necesarios. Para todo lo demás, hágase con un maletín, un bolso o una mochila.
No se preocupa si el traje le queda grande. Es la moda.
Es cierto que un sastre se tiraría de los pelos al ver este traje en color vainilla de la firma madrileña Chromosome Residence, pero la rectitud sartorial, en 2017, es un valor en crisis. Abrió la veda hace un par de temporadas Balenciaga al presentar trajes enormes que colgaban por todas partes, y poco a poco esta idea se ha ido colando en las mentes y los blocs de notas de la nueva generación de diseñadores. Lo interesante de este diseño, presentado en la programación extramuros de la última edición de la pasarela madrileña, es su deformación milimétrica. La chaqueta, si se fija, no es una americana grande sin más. Las solapas son enormes, el largo de la chaqueta no tanto y la abertura central es diagonal. Los pantalones, eso sí, son grandes sin paliativos.
¿Chaqueta sin cuello? Sí, gracias
La primera colección que García Madrid mostró en el escenario oficial de la Mercedes Benz Madrid Fashion Week (antes había desfilado por libre) fue una sabia recopilación de los méritos que han conquistado a centenares de clientes en la última década. García Madrid hace trajes contemporáneos pero reales, experimenta con tejidos que usted y yo nos pondríamos, e introduce toques de innovación fáciles de integrar en el día a día. Esta chaqueta sin cuello, por ejemplo, rescata un clásico de la vanguardia masculina y la actualiza. Eso significa que ya puede volver a desempolvar sus chaquetas con cuello "mao" de los ochenta (o las de su padre). La sastrería minimalista vuelve a ser indicio de buen gusto.
Lleve prendas vaqueras sin tejido vaquero
Esta chaqueta replica el esquema clásico de la cazadora vaquera, pero en un tejido distinto –lona de algodón– y en blanco impoluto. Pertenece a la colección del joven diseñador Duarte, que abrió la semana de la moda madrileña en la sede del Colegio de Arquitectos. Es cierto que llevamos varias temporadas dándole vueltas al tejido vaquero, pero el verano marcará su auge definitivo: se llevará combinar distintos tonos de vaquero en una misma prenda, jugar a los contrastes y emplear sus patrones y cortes (este es un ejemplo) con casi cualquier tejido.
Abrace la bata (o deje que ella le abrace a usted)
La tendencia pijamera (no se ría, lo dicen los estudios de tendencias) es uno de los puntales incuestionables de la próxima temporada. Las camisas se llenan de ribetes, los tejidos se hacen ligerísimos y la bata reclama un altar propio en la mitología doméstica. Palomo Spain lleva insistiendo en ello desde su primera colección; no en vano, sus batas de raso y seda han sido uno de sus productos estrella. Nosotros no iremos tan lejos como para empujarle a salir a la calle en bata (la vida moderna es demasiado complicada para ir por ahí lleno de flecos y enganchándose continuamente) pero sí reivindicamos que la bata es imbatible como prenda doméstica. También como inspiración para todo lo demás: la temporada viene llena de abrigos y gabardinas de hombros caídos y cinturón.
Regrese al (buen) chándal
Esta imagen del desfile más reciente de Bottega Veneta prueba la consagración definitiva del chándal y su irrupción en la moda de lujo. También que, más allá de nostalgias poligoneras, puede ser un objeto de lujo. La firma italiana capitaneada por Tomas Maier ha aplicado toda su experiencia artesanal en las costuras y los acabados de este look, uno de los más arriesgados de la colección que presentó en Milán. La chaqueta es de terciopelo verde, y su motivo gráfico en relieve recuerda al característico trenzado (ellos lo llaman 'intrecciato') de la marroquinería de la casa. El pantalón traduce en raso, frunces y 'patchwork' el patrón de los chándales sintéticos. El resultado, claro está, es limpio y ultralujoso: nada que ver con los chándales de terciopelo rosa que protagonizaron la fase más cruenta del horterismo con ínfulas noventero. Con este, podría incluso pisar una alfombra roja.
Lleve el traje con camiseta
La próxima primavera podrá prescindir de la corbata e incluso de la camisa al llevar traje. Al menos, eso es lo que defendió Raf Simons en su desfile para Calvin Klein 205w39nyc, la renovada firma neoyorquina. Aquí opta por una camiseta de cuello amplio, aunque decorada con motivos artísticos (muchos de sus estampados proceden de serigrafías de Andy Warhol) y por un traje de chaqueta cruzada (un punto extra por el riesgo) en colores. Si no se atreve con tantos colores, opte por un traje sencillo y por una camiseta de algodón, estampada o no. Verá cómo todo se vuelve de repente más lógico, más sencillo y más amable.
¿Vaqueros enormes? Sí, con un cinturón rotundo
La última colección de Gucci dice parcialmente adiós a los vaqueros entallados en este 'look' que combina dos hitos de la moda urbana de épocas pasadas: los vaqueros anchos, gastados y dos tallas más grandes de la suya, convenientemente sujetos por un cinturón que merezca la pena enseñar. Este, de Gucci, revive uno de los iconos de la firma. La hebilla en forma de logo, una innovación de los sesenta, marcó también la etapa en que Tom Ford tomó las riendas creativas de la firma y la convirtió en el objeto de deseo de medio mundo. No es la única opción: hay por ahí montones de hebillas contundentes (en los dos sentidos de la palabra) que bien merecen apretarse el cinturón.
Sin miedo al logo
Esta es la prenda más deseada de la colección más esperada de la temporada: la camiseta que inaugura la nueva etapa de Helmut Lang, ahora bajo la dirección creativa de Shayne Oliver. Y, fetichismos aparte, no le faltan razones para serlo, especialmente porque en los últimos meses hemos visto a muchas firmas de lujo plasmar su logo en prendas y objetos que recuerdan al 'merchandising' que los músicos producen para vender durante sus giras. Las prendas 'souvenir' reflejan el espíritu de los tiempos y también el momento de éxtasis que viven los acólitos de la moda, decididos a que sus pasiones sean más visibles que nunca. Ser fan vuelve a estar de moda, así que no tema: puede volver a llevar logos. Sobre todo si son el logo correcto.
En caso de duda, busque al rapero
"Yo no desfilo nunca para nadie, pero ya sabes, ella es colega, es una punki como yo y me mola venir aquí. No toda la moda que quiere ser calle lo consigue, pero sí que hay gente de la calle haciendo moda, y lo consiguen", explica Yung Beef, el modelo (y rapero antes que modelo) que aparece posando en estas imágenes con un look de la colección de Maria Ke Fisherman. En una época en que las estrellas del rap, el trap y aledaños se han convertido en ídolos de masas, no hay nada más 'millennial' que invitarlos a pasear por una pasarela. Así que ya sabe: si quiere aprender cómo visten los adolescentes de ahora, busque al rapero y tome nota.
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