Todos a votar
A veces la vida te da sorpresas y te pone en tu sitio. Soy madrileño e informático y hace unos meses recibí un premio literario y marinero, nada menos que en Barcelona. Al llegar a El Prat tenía muy claro que no me iba a dejar avasallar. Yo estaba a favor de votar, pero ojo, deberíamos votar todos los españoles y, dado que estaba muy harto de recibir insultos y desprecios diarios, iba a meter la papeleta del sí,es decir, los quería fuera de mi país y se podían quedar con el premio. Tras conocer a los organizadores descubrí una gente con mis preocupaciones y asustados por el aquelarre de odio. Meses después vinieron a Madrid a presentar el libro y comprobaron que aquí la mayoría tampoco estábamos locos. Sinceramente no sé cómo solucionar este asunto. El camino del odio es más fácil pero deberíamos desandarlo porque termina en un lugar que es mejor no visitar. No sería la primera vez que una sociedad afortunada se da un tiro en el pie por un montón de problemas que no son tales. Después tocará averiguar, en frío, qué hay de real en todo esto.— Rafael Jordá López. Villaviciosa de Odón (Madrid).
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