Carlos Falcó se casa por cuarta vez a los 80 años

Carlos Falcó se enamoró de Esther Doña en una fiesta en Málaga. El marqués de Griñón ha contado que lo suyo fue un flechazo de tal calibre, que como un jovenzuelo hizo todo lo posible porque le sentaran al lado de aquella joven que no había cumplido todavía los 40. Desde entonces la pareja no se ha separado. A los pocos meses de irse a vivir juntos a una de las fincas que él posee se inscribieron discretamente como pareja de hecho. Hace un mes sellaron su unión con un matrimonio civil con la sola presencia de dos testigos. Hoy celebran por todo lo alto su matrimonio en su finca El Rincón, esa que entre otras cosas explotan para bodas, en Aldea del Fresno y con una exclusiva por medio. Griñón quiere regalarle a su nueva esposa portadas de revistas ya que si a él la fama le da lo mismo no le sucede igual a ella, encantada con su nuevo papel de marquesa de Griñón.

Al matrimonio le separa 40 años de diferencia, pero ambos aseguran que no notan nada. Él se ha rejuvenecido con la ayuda de ella: implantes de pelo, inyecciones para mejorar su cara, dietas para estar en forma... El entorno de Griñón asegura que era un hombre deprimido tras el fracaso de su tercer matrimonio y que la llegada de Esther Doña a su vida esta le devolvió la ilusión.

Para Carlos Falcó la boda es un reconocimiento público a su esposa que tampoco es nueva en esto de los enlaces. Ella pese a su juventud ha estado casada ya antes dos veces pero no tiene hijos. Él pasó por el altar en tres ocasiones. La primera con Jeanine Girod con quien tuvo dos hijos Sandra y Manolo. Girod le abandonó por el expresidente del Real Madrid Ramón Mendoza. Luego fue Isabel Preysler quien llegó a su vida. De su unión nació Tamara.

Presyler también le dejó cuando apareció Miguel Boyer. Griñón creía que Fátima de la Cierva iba a ser la mujer definitiva. Estuvieron casados 20 años , pero ella también le dio con la puerta en las narices al marqués. Tuvieron dos hijos, Duarte y Aldara. Pero de sus cinco hijos es Sandra quien se ocupa de los negocios familiares centrados sobre todo en el vino y el aceite.

La boda de Griñón llega cuando todo su patrimonio está en orden. Sus hijos no lo han puesto como condición para aceptar a Esther Doña, pero la relación ha sido más fácil a partir del momento en que las cosas quedaron claras. En cualquier caso la ceremonia de hoy será un buen test para ver en qué punto están las cosas o, dicho de otra manera, quién sale en la exclusiva.