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Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Fraternidad para la ruptura

Podemos pretende hacer con el PSOE lo mismo que la CUP ha hecho con el PDeCAT y Esquerra

ERC, PDeCAT, Unidos Podemos, Compromís y PNV piden en el Congreso la libertad de los detenidos este miércoles en Cataluña.Vídeo: Zipi

Desde hace unos años, los líderes de Podemos utilizan la palabra fraternidad cuando quieren aparentar una imagen beatífica, aunque lo que realmente hacen es parapetarse tras ella para convocar movilizaciones o atacar al contrincante político (interno o externo). En esta ocasión, los compañeros fraternos con los que se han unido para desafiar el cumplimiento de la legalidad en España no son otros que la Candidatura de Unión Popular (CUP), Bildu, ERC y PDeCAT, además de sus aliados regionales.

En política no suelen existir las casualidades. Detrás de los hechos casi siempre existe una estrategia o una táctica; un porqué de cada acción. En este caso, hay que retrotraerse a una cena que se celebró hace un mes en casa de Jaume Roures (empresario, productor cinematográfico y “reventa” de fútbol al más alto nivel) en Barcelona, a la que asistieron Oriol Junqueras y Pablo Iglesias. El camino hacia el referéndum empezaba a encontrar dificultades y la posición de Podemos y sus socios catalanes no gustaba a los independentistas.

Ni ERC ni Podemos han querido explicar a qué conclusiones llegaron sus líderes en la cena. Pero la hoja de ruta de ambas formaciones demuestra que la intermediación de Roures sirvió para crear una unión fraterna entre el independentismo catalán y la izquierda radical española, a la que se unieron otras fuerzas como Bildu y a la que quieren arrastrar al PNV y al PSOE.

El objetivo público es echar a Mariano Rajoy, aunque lo que realmente pretenden es vehicular la ruptura de Cataluña con España, a través de una ruptura del propio Estado. Y los pasos se están confirmando: primero, saltarse la legalidad constitucional en nombre de una supuesta legitimidad democrática catalana; segundo, provocar insistentemente la acción de la Justicia; tercero, movilizar a los ciudadanos contra un presunto estado de excepción por la actuación de jueces, fiscales y fuerzas de seguridad; cuarto, representar la imposibilidad de celebrar el referéndum ante la represión de España; y quinto… consumar la rebelión con una declaración de independencia en Cataluña, acompañada de estallidos sociales en toda España.

Hasta el momento, el Gobierno de la nación, el PSOE y Ciudadanos están manteniendo el tipo frente a esta ofensiva de la fraternidad rupturista. Aunque ya se empiezan a vislumbrar algunas grietas dentro de la bancada socialista. Es comprensible que Sánchez se sienta incómodo apoyando a un político tóxico, como Rajoy. Pero es el momento de la unidad en defensa del Estado de derecho y los socialistas deben priorizar la legalidad frente al partidismo.

En Cataluña, los antisistema de la CUP han llevado del ronzal a ERC y al PDeCAT, imponiendo su estrategia y acelerando un proceso que se ha llevado por delante las legalidades catalana y española. Y en España, Podemos pretende hacer lo mismo con el PSOE, con cantos de sirena de una posible moción de censura fraterna que incluya a los independentistas y sitúe a Sánchez en La Moncloa.

El papel que juegue el PSOE en los próximos días será esencial para el futuro de Cataluña, del conjunto de España y del régimen democrático fijado en la Constitución. La estrategia actual es la razonable: apoyar sin fisuras la defensa del Estado de derecho y promover en cuanto sea posible una vía de diálogo para reconstruir el marco de convivencia entre los catalanes y el resto de los españoles. Ya habrá tiempo de hacer campaña electoral.

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