El magnicidio de Bhutto, impune nueve años después
Los cinco presuntos talibanes encausados quedan en libertad por falta de pruebas
El asesinato de Benazir Bhutto en diciembre de 2007 conmocionó a Pakistán. La ex primera ministra no solo era la candidata favorita en las elecciones convocadas pocos días después, sino la cabeza visible de una de las principales familias políticas del país. Pero la investigación y el proceso judicial que siguió fueron una completa chapuza, como confirma la absolución la semana pasada de los cinco sospechosos por falta de pruebas. Además, el fallo apunta a la responsabilidad política del entonces presidente Pervez Musharraf.
La política, a la que todo el mundo se refería como Benazir, sufrió un atentado cuando iba a dar un mitin en Rawalpindi, a pocos kilómetros de Islamabad, la capital. La mayoría de los relatos coinciden en que murió tras recibir disparos en el cuello y el pecho mientras saludaba a sus seguidores a través del techo abierto del coche en el que se desplazaba. Tras utilizar un revolver, el atacante detonó un chaleco explosivo.
El juicio, celebrado en un tribunal antiterrorista, no ha logrado aclarar gran cosa ni sobre la autoría ni sobre las responsabilidades del magnicidio. Rafaqat Hussain, Husnain Gul, Sher Zaman, Aitzaz Shah y Abdul Rashid, presuntos miembros del Movimiento de los Talibanes de Pakistán, se encontraban en prisión preventiva desde el inicio de la causa en 2008. Sin embargo, el juez no ha encontrado pruebas concluyentes. Tal vez haya influido el hecho de que la policía no actuó con la debida probidad. Dos agentes responsables de la seguridad del mitin al que acudía Benazir han sido condenados a 17 años por negligencia. Saud Aziz, que era el jefe de la Policía de Rawalpinidi, rechazó varias peticiones para que se realizara una autopsia. Khurram Shehzad, por su parte, dio un manguerazo al lugar del crimen poco después del ataque.
El juez también ha declarado prófugo a Musharraf, cuyos bienes ha pedido que se confisquen, y a otros cinco sospechosos. Un informe de la ONU acusó a su Gobierno de no haber protegido a Bhutto. El expresidente, que vive entre Londres y Dubái, dice que volverá para hacer frente a las acusaciones.
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