Referendum catalán

Soy militar en la reserva sin destino, de empleo general de división. Después de reflexionar sobre los límites del derecho a la libre expresión y el deber de neutralidad política que me atañen, he decidido enviar esta carta. Antes que militar soy ciudadano, y como tal tengo el derecho y el deber de expresar mi pesar y enorme preocupación por la deriva hacia la ruptura a la que está sometida nuestra patria. A lo largo de mi vida he visto cómo nuestra identidad y unidad como españoles han sido cuestionadas y atacadas muchas veces, incluso con las armas como en el caso del terrorismo etarra, pero hasta ahora pensaba que los lazos que nos unían eran más fuertes que los intentos de disolución y que al final conseguiríamos mantener unido lo que tanto esfuerzo, pasión y sangre nos costó forjar a lo largo de nuestra historia.

Como español asisto perplejo a los tremendos desafíos que está sufriendo esa unidad. Me gustaría confiar en que el Estado sabrá dar la réplica adecuada en estas horas tan críticas, pero reconozco que me cuesta trabajo hacerlo completamente. Me parece que poco a poco cunde el desánimo entre los que creemos que hay que mantener la unidad y el Estado de derecho con toda la fuerza de la ley que nos dimos los españoles en 1978.

Este asunto es muy serio, de consecuencias impredecibles y puede provocarnos muchas calamidades si se escapa de control como enseña la historia. Esperemos que nunca ocurra así.

Para terminar, una nota de esperanza entre tanta preocupación: ¡qué bien se vive en España!— Pedro Díaz Osto. Madrid.