Entramos en la iglesia que monta fiestas en una discoteca de Barcelona y ha cautivado a Justin Bieber
Hillsong predica cada domingo su evangelismo bailable entre luces de neón. También edita discos, que vende por millones
Son las diez y media de la mañana y los primeros feligreses comienzan a acercarse a esta iglesia pentecostal australiana que se ha lanzado a la conquista de los jóvenes creyentes de todo el mundo a ritmo de pop-rock. A la entrada, un cartel anuncia: "Hay café y bizcochos". Diez escalones más abajo, en la misma dirección en la que teóricamente se encuentra el infierno, seis jóvenes vestidos de negro terminan de ensayar, momentos antes de que el recinto se abarrote de devotos. En cada silla, los fieles encontrarán tres tarjetas. La más pequeña es de visita y reza: "Ven tal como eres". En la más grande puede leerse "Di sí", con una larga lista de posibilidades para servir a esta iglesia fundada en 1986 que lleva vendidos unos 20 millones de discos y editado una cincuentena de álbumes. Finalmente, hay un sobre blanco para depositar los donativos en efectivo que lleva impresa una cita de Malaquías: "Traed todos los diezmos al depósito del templo, para que haya suficiente comida en mi casa. Si lo hacéis —dice el Señor de los Ejércitos Celestiales— os abriré las ventanas de los cielos. ¡Derramaré una bendición tan grande que no tendréis suficiente espacio para guardarla! ¡Intentadlo! ¡Ponedme a prueba!".
La sesión de culto ha comenzado y Juan Mejías, el pastor de Hillsong en España, rapea, micrófono en mano: "Tu iglesia, Señor, es el lugar donde tus hijos se juntan para disfrutar contigo. Gracias por ese nombre que nos dio la victoria, gracias por la resurrección que acabamos de celebrar, gracias por esa cruz tan fría que no pudo detenerte, gracias por…", mientras la música va in crescendo. Previamente, Mejías ha explicado en un pequeño reservado a TENTACIONES que su iglesia no predica un cristianismo inconformista, que ellos son protestantes. Sobre su sentido del espectáculo afirma: "Nos dirigimos a una comunidad global. Es verdad que somos una iglesia muy carismática a nivel de emociones y sentimientos que quiere dirigirse a una sociedad postmoderna", admite. "Estamos ya en ciudades como Nueva York, Londres, Paris, Barcelona, Moscú, Amsterdam, Kiev, Ciudad del Cabo, etc. —comienza a recitar—, donde hay mucha gente joven que se siente decepcionada con la iglesia y que está buscando encontrarse con Jesús".
La historia del denominado "evangelismo hipster" que ofrece consuelo a los urbanitas es la siguiente: en 1986 dos misioneros neozelandeses, Brian y Bobbie Houston, fundan en el distrito de Hill, a las afueras de Sídney, el Centro de Vida Cristiano de Las Colinas (Hills Christian Life Centre), donde plantan la semilla de lo que años después será el sello discográfico más importante del mundo cristiano: Hillsong Music Australia, con una estética a caballo entre el concierto de rock y el servicio religioso.
Pregunta: ¿de dónde proceden los grupos que actúan en vuestras reuniones? "En cada comunidad —responde Mejías— enseñamos a las personas que lo desean a cantar alabanzas, pero también producción, voz, etc. En Barcelona, por ejemplo, tenemos a unas doscientas personas en el equipo creativo. Entre ellas, hay gente que sabe cantar, que sabe tocar, que sabe hacer sonidos, que sabe editar vídeos. Lo que hacemos es ir rotando. No hay diferentes conjuntos, sino un mismo grupo que va cambiando y que abarca un espectro muy amplio de estilos musicales para poder conectar con todo tipo de personas. Por este motivo, hay bandas acústicas, de rock, pero también música electrónica y DJs. Nuestro deseo es empujar los límites y que la iglesia vuelva a crear arte", revela Mejías.
Para un oído agnóstico y pecador, las canciones-oraciones de la mañana traen a la memoria el Donosti Sound. A saber: guitarras sosegadas, sonidos plácidos y letras que evocan, como un loop interminable, la cruz, el nombre de Jesús y el amor de Dios. "Nuestro deseo siempre es poder comunicar verdades eternas de una manera fresca y accesible", ha declarado en alguna ocasión Toni Romero, productor de algunos de los álbumes de Hillsong. Nada, en todo caso, que recuerde a Danielson Family, un grupo que alcanzó cotas celestiales con discos como Trying hartz y temas como Flip flop flim flam o Rubbernecker y que también proponía un despertar espiritual con su gospel indie pop lleno de chillidos y voces en falsete.
"Que tengamos música electrónica o gente saltando no nos hace más o menos cristianos. Queremos comunicar verdades de forma accesible" Juan Mejías Pastor de Hillsong en España
En cambio, los dos servicios religiosos de la tarde de Hillsong son otra cosa. "Por la tarde, las zapatillas vuelan", confirma Miguel, uno de los miembros de la mesa de sonido. "En ese momento vienen a la iglesia jóvenes que no madrugan y siempre hay más gente que baila. Pero el hábito no hace al monje: que tengamos música electrónica o más gente saltando no nos hace más o menos cristianos. Es el motivo por el que hacemos las cosas lo que realmente nos hace ser una iglesia", aclara Mejías. Y a fe que tiene razón: conforme avanza el día, el evangelismo se vuelve épico, mientras los iPhones de los congregados atrapan el inmortal momento de la discoteca divina.
Otro instante impactante es cuando Mejías recuerda la importancia del diezmo. Para ello, alude a la señora Paquita "que hoy cumple 92 años y debe estar por aquí" (aunque, por más que mira, finalmente no la encuentra), así como pide dispensas para las personas con cáncer y los niños recién nacidos. "Porque sin Dios sería imposible, no podríamos hacer nada", continúa diciendo. Tras citar el versículo 3:10 de Malaquías (aquel que señala: "Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa"), desde el fondo de la sala emergen diez personas vestidas de negro, cinco de ellas por el pasillo de la izquierda y el resto por el opuesto, con otros tantos piadosos datáfonos. Con el dinero recaudado, explican, su iglesia colabora, dice, con diversas causas: visitando a personas de la tercera edad, en centros de acogida de refugiados, ofreciendo regalos a la Cruz Roja en Navidad, proporcionando alimentos y mantas a las personas sin techo, luchando a nivel internacional contra la trata de blancas, apoyando los autobuses-escuela que recorren las calles de Mumbai y Calcuta (India), etc.
Cada vez es más habitual la aparición de nuevas religiones prêt à porter, que intentan llenar el hueco dejado por los credos clásicos con un sincretismo de nuevo cuño. El objetivo es captar la atención de los jóvenes urbanitas con una estética alternativa que incluye ropa moderna, barbas cuidadosamente descuidadas y sermones en Snapchat. De momento, algunos famosos parecen estar por la labor. Sin ir más lejos, Rich Wilkerson Jr., fundador de la iglesia evangélica VOUS, saltó a la fama después de haber casado a Kim Kardashian y Kanye West. Por lo que respecta a Hillsong, famosos como Justin Bieber o Selena Gómez han sido relacionados con esta iglesia, por la que también se han dejado caer exfutbolistas del FC Barcelona como los brasileños Dani Alves y Adriano, según reconoce Juan Mejías.
Las tres preguntas diabólicas
¿Cómo se financia Hillsong? Cada comunidad local se mantiene con los donativos recogidos, que son siempre voluntarios. En mi opinión, no tiene sentido que personas que no son cristianas tengan que apoyar con sus impuestos una causa que no es la suya. Pero no, no recibimos dinero de los álbumes que vende el sello discográfico.●
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