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Tentaciones
planes

Hablamos con el artista que se hizo millonario por un cuadro pop de Messi

Page Tsou es el último ilustrador oriental que salta a las grandes galerías de arte. Ahora expone en Madrid

En 2015, una obra del artista japonés Takashi Murakami se subastó por cerca de 429.000 euros. Era un cuadro de estética pop, muy cercano al cómic, con la figura de Lionel Messi. Una cifra difícil de imaginar hace algo más de una década, cuando la ilustración era considerada un arte menor dentro de las vanguardias. Hoy, su obra forma parte de museos y colecciones privadas de todo el mundo, liderando un cambio en el mercado y en la forma de entender las diferentes disciplinas del arte.

Son pocos los creadores que cruzan esta frontera pero, los que lo hacen, consiguen elevar su trabajo al lugar del que nunca tuvo que bajarse. Uno de los últimos en llegar es Page Tsou (Taiwán, 1978), un autor de literatura infantil, habitual colaborador de firmas como Gucci, Montblanc o Johnny Walker, que ahora expone por primera vez en España en el Museo ABC de Dibujo e Ilustración (Madrid).

"En algunos casos, el arte contemporáneo parece una ilustración, con nombres como David Shrigley o el propio Murakami, pero también pasa al revés, que la ilustración está cercana al arte; lo mainstream y lo underground han comenzado a mezclarse, la frontera entre la ilustración y el arte está difuminada, y al final todo es lo mismo, un concepto o un conjunto de historias que quiere el artista contar de manera visual", cuenta Tsou. Con influencias del cómic japonés, el arte urbano y la pintura tradicional oriental, el trabajo de este artista ya forma parte de importantes colecciones y centros de arte como el Museo de Bellas Artes de Taipéi o la Fundación Conran (Reino Unido), entre otros.

"Lo mainstream y lo underground han comenzado a mezclarse, la frontera entre la ilustración y el arte está difuminada, y al final todo es lo mismo"

"Internet ha creado multitud de nuevas plataformas y oportunidades a los ilustradores, comparado con los viejos tiempos. Ahora es más fácil difundir tu obra", relata el artista que, rarezas de su sector, carece de redes sociales. Admirador de Banksy, Damien Hirst o Martin Creed, llega a nuestro país con una exposición titulada Hide-and-seek [el juego del escondite] donde experimenta, con una línea precisa, con el acto de ocultar y buscar, pero también habla de guerra y violencia, con un estilo lejano a la ilustración infantil que le ha hecho famoso y le llevó a ganar el Premio Internacional de Ilustración Feria de Bolonia (2011), el más importante de su sector. "Antes de que un artista se convierta en maestro es necesario desarrollar su propio estilo, para al final descubrir cuál le gusta más y dónde está más cómodo. Si miras a Picasso o Miró, también descubres que cambiaron bastante de modo de trabajar", añade. No esperemos, entonces, en su muestra códigos naïf ni colores pastel.

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